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(…) Cuando se me pidió que escribiera algo sobre las mascaras pensé en detenerme casi exclusivamente en los africanos que hacen uso de ellas, en medio de un esplendoroso simbolismo y con un arte, distinto del nuestro, porque conforme se va conociendo, y comprendiendo, produce una impresión muy profunda. Nos induce a leer entre líneas y, dejando de lado los maderos tallados, a aprender a leer en lo profundo de lo significativo del alma africana.
Adentrándome más en el tema, vi apasionantes misterios. En todos los pueblos del mundo se han usado y se usan máscaras, menos frecuentemente ahora. Entendiendo por máscara lo que en el lenguaje de los negros africanos, que son los que quizás mejor han conservado el sentido del símbolo, todo sistema o decoración puesta sobre el cuerpo, o la cabeza, o ante el rostro del ser humano, con finalidad primaria de transformarlo, no de simplemente ocultarlo.
El lector verá entonces, cómo en fiestas, que parecen juegos aldeanos o primitivos si bien, en muchos pueblos ya transformados por el cristianismo son un misterioso mensaje de otras épocas del animismo motivo de sencilla burla o alegría, encierran "un qué vivieron" los antepasados de esas gentes, de tradiciones quizás, saturadas de sentido mágico. Pues se trata de una característica de grupos humanos agrícolas, relacionados con la fertilidad de los campos y que muy de lejos han significado un gesto, una imploración a los espíritus de la tierra, aunque en la actualidad no se busque eso. Algo con remotos, pero similares sentidos a los que nosotros comprendemos: la Pachamama de nuestros indígenas del Norte Argentino. No se trata de culto propiamente dicho sino apropiaciones a las fuerzas telúricas, lo que nosotros llamamos "el espíritu de la tierra", con una pobre expresión por no encontrar otra, pero que otros pueblos, más precisos y concientes de lo que buscan, llaman "maná" -las fuerzas vitales.
Hasta nosotros ha llegado lentamente, a través de siglos, el misterio de las máscaras y han ido adquiriendo un significado de mayor amplitud. Diversas causales han influido para que se las destine a ceremonias de iniciación, de conjuro, dentro de la inmensa gama de sugerencias del animismo. Especialmente es África Negra la que ha mantenido, mantiene y alienta una mayor riqueza simbólica y variedad de las máscaras Dentro de las limitaciones de éste ensayo es mi deseo manifestar un ángulo más de la masa de elementos que posee el hombre quien a pesar de las desviaciones que pueda llegar a tener en los aspectos más diversos, siempre mantiene una sensación de orfandad que lo fuerza a buscar protección, tras su conciencia de debilidad, en algo que lo pueda proteger. Es un inmenso grito de la búsqueda de los creadores de las máscaras a través de la necesidad de comprender el misterio de su estada en esta vida. (…)