Revista de ArteS N° 28 - Sept. / Oct. 2011 - Buenos Aires - Argentina
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filmando desde un tatami
El cine japonés de Yasujiro Ozu
(Japón, 1903-1963)
Director de cine japonés, comenzó su carrera en 1927 en el cine mudo y fue criticado por no realizar su primer filme sonoro hasta 1936, siete años después de la introducción en su país del sonido en las películas. De igual forma, no introdujo el color en sus filmes hasta 1958 y mantuvo durante gran parte de su carrera a los mismos colaboradores. En los años 30 era uno de los directores más populares de Japón. Sus filmes casi siempre versan sobre la vida y los problemas de las familias japonesas de clase media.
Su estilo es exquisito por su simplicidad; técnicamente se caracteriza por tomar los planos con la cámara fija desde un ángulo bajo, a un metro del suelo, que corresponde al nivel de la mirada de un adulto japonés sentado en cuclillas en un cojín, postura que adoptan sus personajes atados a las tradiciones.
Rodó 54 películas, muy consistentes en cuanto al medio, el tema y el estilo. En Japón pronto sus obras se hicieron acreedoras de muchos premios y, a partir de los años 50, el cine de Yasujiro Ozu fue también muy admirado en Occidente. Constantemente exploró los ritmos y las tensiones de un país que trata de conciliar los valores modernos y tradicionales, especialmente en lo que juega en las relaciones entre las generaciones. Ozu fue descubierto relativamente tarde en el mundo occidental,
Como director era reconcentrado y perfeccionista. Era visto como uno de los directores "más japoneses", y como tal su trabajo era raramente mostrado en el extranjero antes de la década de los sesenta. No empleó el sonido hasta 1935 ("¿para qué buscar el ruido cuando reina el silencio?", decía, recuerda A. Santos.Su plano característico era el tomado desde solamente unos 90 centímetros sobre el suelo, esto es, el punto de vista de un adulto sentado sobre un tatami. También fue un firme defensor de la cámara estática y las composiciones meticulosas donde ningún actor dominase la escena.
Ozu recibió una medalla del gobierno japonés en 1958, año en el que también ganó el premio de la Academia de las Artes de Japón. En 1959 se convirtió en el primer representante del mundo del cine en ingresar en dicha academia. En 1961 se celebró una retrospectiva de las películas de Ozu en el Festival de Cine de Berlín, donde el director y su obra recibieron la atención mundial. Donald Richie escribió, en 1974, la primera biografía de Ozu en inglés. Y en 1979 se hizo un amplio ciclo en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que había empezado a conocerse en cine-club y filmoteca.
Rodó un total de 53 películas, 26 de ellas en sus primeros cinco años como director. Y todas menos tres con los estudios Sochiku. Murió de cáncer en su sexagésimo cumpleaños, cuando se encontraba en el punto culminante de su fama. Fue enterrado en el cementerio de Engaku-ji, templo de la comunidad donde pasó sus últimos años, Kita Kamakura.
Tras su muerte, la fama de Ozu alcanzó cotas aún más altas y su obra sigue influyendo a directores tanto de Japón como de otros países, como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Claire Denis Aki Kaurismäki y Hou Hsiao-Hsien.