Los Ainu ( "Ainu" significa "humano", opuesto a "kamui", lo divino) son un grupo étnico indígena en Hokkaido y el norte de Honshu, en la parte septentrional de Japón, así como en las islas Kuriles y la mitad meridional de la isla de Sajalín en
Rusia. Son también conocidos como Ezo o Yezo (蝦夷, Ezo o Yezo) en japonés antiguo, y como Utari (palabra que significa"camarada" en idioma Ainu) que es como hoy en día prefieren ser llamados. En la actualidad, hay unos 15.000 japoneses
con alguno de sus padres o ambos pertenecientes a ella.
Alrededor de 1890-1900
De orígenes muy antiguos, a los Ainu se les ha atribuido ancestros de tipo caucasoide o australoide, sin embargo,
actualmente se les relaciona con la expansión de los primeros pobladores de Asia y con los pueblos actuales de
Siberia, así como con los primeros pobladores de Okinawa, aunque los Ainu tienen caracteríticas genéticas propias,
que demuestran su antigua diferenciación de las demás poblaciones contemporáneas de la región.Estos resultados
concuerdan con los hallazgos geológicos y arqueológicos: los primeros pobladores de Hokkaidô arribaron durante la
última glaciación hace más de 18 mil años.
Las diferencias físicas más significativas de los ainu respecto a los japoneses son más cantidad de vello, rasgos
faciales más marcados con tendencia a tener los párpados con doble pliegue (como los occidentales), e incluso
ocasionalmente ojos azules.
La población ainu contaba con 80.000 personas en el s.XVIII, pero sus relaciones con los comerciantes japoneses
contribuyeron a difundir una serie de enfermedades entre ellos que hizo estragos en la población. En 1854 eran
17.810 y desde entonces la cifra no ha variado demasiado. La práctica de la exogamia, matrimonios mixtos, es
común, por eso actualmente se calcula que sólo un 10% de ellos es de sangre totalmente ainu, y éstos son
principalmente ancianos.
No hay que olvidar el hecho de que los nacidos de un matrimonio ainu-japonés también son discriminados,
considerados sistemáticamente como ainu por la mayoría japonesa. Tener sangre “extranjera” en las venas es
suficiente para denegar el estatus japonés a los niños dentro de la sociedad. Las reservas que la mayoría de
japoneses tienen a aplicar el término nihonjin (japonés) a los konketsuji (niños desangre mixta) refleja el mismo
sentido de contaminación que muchos caucásicos sienten cuando los ciudadanos mulatos o mestizos son llamados
blancos.Es más fácil para los niños nacidos de matrimonios mixtos ser criados como ainu, y de hecho, la gran mayoría
decide ser registrada como ainu en el censo.
Las figuras geométricas que decoran la ropa, similares a las que aun hoy usan los Ainu, se han encontrado en restos
muy antiguos. Desde entonces los Ainu ya habitaban Hokkaidô, en el 5000 a de C. según hallazgos arqueológicos, pero
también vivían en la mayor parte de Honshu y quizás algunas zonas de China, incluso documentos chinos ya hablan de
su existencia con el nombre de Tung I (bárbaros orientales). La cultura Ojotsk que floreció del siglo V al siglo VII en
Hokkaido, las islas Kuriles, la isla de Sajalín y la cuenca del Amur, parece estar relacionada con los Ainu y sus rituales
espirituales con osos sacrificados. Entre el siglo VIII y el siglo XI floreció en la región la cultura Satsumon, procedente
del sur, y produjo cambios culturales en la vida Ainu.
A partir del siglo XVII, los japoneses ya llegaron a tener presencia en los territorios Ainu, que en un principio fueron
intercambios comerciales hasta el inicio de la era Meiji, cuando el gobierno liquidó el poder del clan Matsumae, que
se dedicaban al comercio e inició una campaña de aculturación de la población Ainu, que no estuvo exenta de
problemas en cuanto a calidad de vida, por lo que parte de la población nativa se desplazó a la península de
Kamchatka.
Se tienen noticias de algunas visitas por parte de los europeos, primero por la Compañía de Jesús y luego por el
viajero holandés Vries, quien los describió en 1643. Posteriormente, los rusos anexaron algunas regiones del territorio
Ainu en su imperio hasta 1875, cuando la mitad sur de Sajalín fue cedida a Japón.
Las relaciones con los japoneses fueron en cierto grado tirantes desde que los integraron al país en el siglo XIX.
Durante el siglo XX, su cultura empezó a decaer no sólo por la influencia de los japoneses sino de la cultura
estadounidense, que desde 1945 impulsó una mayor vinculación socio-económica. En 1973, los Ainus se reunieron
por vez primera en una asamblea para reivindicar los derechos de este pueblo en la nación japonesa. Actualmente
cuentan con una participación en el parlamento japonés.
En 2008 el parlamento japonés aprobó por unanimidad una resolución en la que se reconoció a los Ainu como "un pueblo indígena con su propia lengua, religión y cultura" Este reconocimiento, si bien tiene un valor más
simbólico que práctico, permitirá al Gobierno japonés destinar ayudas en materia de educación y empleo a los
miembros de esta etnia.
Fotografía: The Boone Collection, Image Gallery: Ainu Artifacts, www.fieldmuseum.org
Los Ainu tienen creencias animistas, según las cuales todo en la naturaleza tiene un "kamui" (espíritu divino) en su interior.
Hay una jerarquía de "kamuis". El "kamui" más importante es la abuela tierra (el fuego), luego están los "kamuis" de las montañas
(animales terrestres) y los del mar (animales marinos) y luego todo lo demás. No tienen sacerdotes o chamanes con dedicación
exclusiva. El jefe de la aldea dirige las ceremonias religiosas que sean precisas; ceremonias que se reducen a la libación del vino,
rezos en voz baja y la ofrenda de palillos de sauce con virutas de madera pegadas. Estos palillos se llaman "inau" (singular) y "nusa" (plural), y se colocan en un altar que se utiliza para ofrendar las cabezas de los animales sacrificados. El pueblo
Ainu agradece a los dioses antes de comer y reza a la deidad del fuego ("Huchi") cuando acaece una enfermedad. Creen que
sus espíritus son inmortales y que serán recompensados después de la muerte con el ascenso a Kamui mosir (La tierra de los
Dioses) o castigados en el infierno. Algunos Ainu del norte son miembros de la Iglesia ortodoxa rusa.
La cultura tradicional Ainu es muy diferente de la japonesa. Al alcanzar determinada edad dejan de afeitarse, así que los hombres
más viejos tienen enormes barbas y bigotes. Hombres y las mujeres por igual se cortan el pelo de los lados de la cabeza a nivel de
los hombros, pero en la parte posterior el corte es semicircular.
Al comenzar la pubertad, las mujeres se tatúan la boca, brazos, los órganos genitales externos y, en
ocasiones, la frente, utilizando
como colorante ceniza de corteza de abedul que se deposita en un tarro que
cuelga sobre el fuego.
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Su vestimenta tradicional es una túnica abierta, tejida con hilo extraído de la corteza del olmo. Tiene mangas largas,
y se sujeta con una faja del mismo material.
La ultima de las ilustraciones es la vestimenta utilizada para trabajar por los Ainu de las Islas Kuriles. Está realizada con
plumas y
pieles de aves marinas. Las pieles de aves se procesan cuidadosamente para preservar los
colores de las
plumas.
La confección de la indumentaria es ocupación masculina en algunas tribus. Con la corteza interna del olmo de montaña
preparan una especie de tela, que ablandan primero con agua, y la transforman después en hilos largos y delgados que
tejen en un telar manual. Con estas telas confeccionan una especie de túnica que usan ambos sexos.
Los dibujos geométricos bordados indican el sexo y los diferentes poblados. El bordado es un trabajo femenino. A esa
túnica le añaden en invierno una camisa corta sin mangas, hecha con pieles de animales. Usan dos clases de calzado:
la sandalia de paja en verano y el mocasín de piel en invierno. Tienen así mismo dos clases de calzado de nieve, uno de
madera en forma de esquí corto y otro de raqueta, formado por un marco de madera ovalado y correas entrecruzadas.
Las mujeres también llevan ropa interior de paño japonés. En invierno llevan pieles de animal con perneras de piel de ciervo
y botas de piel de perro o de salmón. A ambos sexos les gusta llevar pendientes, que en el pasado se decía que hacían con
las parras de la uva, y también portan collares llamados "tamasay", que las mujeres valoran mucho.
Los hombres llevaban una corona llamada "sapanupe" para ceremonias importantes, realizada con virutas de madera, Esta
corona tenía figuras de dioses animales y otros adornos en su centro. Los varones también llevan un "emush" (espada)
asegurado por una correa "emush en" a sus hombros.
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Las mujeres usaban un "matanpushi" (una especie de turbante bordado) y "ninkari" (aros o pendientes).
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Usaban un collar llamado "rekutunpe", una larga y estrecha franja de tela con placas de metal.
Usaban otro tipo de collar llamado "tamasay" o "shitoki”, realizado habitualmente con cuentas de cristal . Algunas de esas cuentas de cristal llegaron a los Ainu a través del comercio con el continente asiático, otras provenían de las que secretamente realizaba el Clan Matsumae.
Aun siguen utilizando métodos tradicionales de caza, pesca y cultivo, siendo absolutamente autosuficientes. Lo que ellos no
cultivan lo recogen de la naturaleza. Cazan mediante arcos y flechas envenenadas animales como osos, venados, zorros,
lobos, tejones, aves, bueyes y caballos. Completan su alimentación con pescado, cangrejos, ostras, mijo, frutas, verduras,
hierbas y raíces. Nunca comen el pescado o la carne crudos, al contrario de los japoneses, siempre los cuecen o asan.
Cuando comen, los hombres usan palillos y unos utensilios que les sirven para apartar el bigote y las mujeres utilizan cucharas
de madera.
Habitaban en chozas elaboradas con cañas de una sola ventana y dos puertas, sin habitaciones y con un lugar para el fuego
en el centro de la misma. Carecían de chimenea y un agujero en el tejado servía para evacuar el humo. Los Ainu se sentaban
y dormían el suelo sobre dos capas de alfombra, una de junco y otra de tela. La casa del jefe de la aldea era lugar de encuentro
comunal cuando era necesario. En vez de utilizar muebles, los Ainu se sientan en el suelo, cubierto con dos capas de alfombra,
una de junco y otra de tela; y en vez de camas extienden planchas, las rodean con un acolchado y emplean pieles como
cobertores.
Debido a intercambios comerciales, empezaron a tomar un contacto más directo con el resto de los japoneses a partir del siglo
XVII. Pero durante la era Meiji, el gobierno japonés eliminó al Clan más poderoso de la Isla, los Matsude, iniciando así la anexión
de Hokkaido y una campaña de aculturación de la población Ainu.
En el Siglo XIX, los Ainu se integraron completamente en Japón pero las relaciones entre las dos culturas eran bastante
complicadas, ya que los nativos consideraban que sus tradiciones desaparecían a favor de las japonesas.
En 1973, los Ainu se reunieron en una asamblea para reivindicar los derechos de su pueblo en la nación japonesa.
Actualmente cuentan con una participación en el parlamento japonés.
Aunque en la actualidad hay alrededor de 150.000 japoneses descendientes de Ainu y unos 50.000 con padre o madre
Ainu, tan solo quedan alrededor de 20 Ainu con todos sus antepasados Ainu.
Hideki Kawakami es uno de ellos
Los Ainu tienen su idioma propio, pero solo unos pocos lo utilizan a diario y la mayoría de los descendientes de los Ainu tan
solo habla en japonés. Aun teniendo una similaridad tipológica con el japonés, el Ainu es considerado un idioma aislado, sin
relación con otros idiomas y en peligro de extinción. Los Ainu tienen una gran tradición oral y por tanto, no tenían escritura
propia. Por eso actualmente se escribe utilizando una versión modificada del silabario katakana japonés y el romanji (alfabeto
latino). Shigeru Kayano (萱野茂), primer político Ainu que logró sentarse en la cámara alta japonesa (Dieta), consiguió grandes
avances en la conservación y expansión del uso del idioma Ainu, escribiendo más de 100 libros sobre su cultura e idioma (28
de ellos sagas heroicas Ainu llamadas yukar).
La cultura Ainu es muy diferente a la japonesa. Los japoneses cuidan de la naturaleza mientras que los Ainu dicen que la
naturaleza es la que los cuida a ellos. El pueblo Ainu es un pueblo pacífico, al contrario del japonés, un pueblo con una
larga
historia guerrera.
Instrumentos musicales de los Ainu
El arpa de boca o Mukkuri
Tocar el mukkuri es muy difíil ya que la lengüeta es muy gruesa, y hace falta bastante práctica para hacerlo sonar bien. Al principio puede parecer muy monótono pero a medida que se cambia la forma de la boca y se emiten diferentes sonidos se consigue una música cuanto menos hipnotizante.
Tonkori
Desarrollado en la norte de la isla de Sajalin (Sajalín), el es el único instrumento de cuerda en la tradición musical de Ainu. Es un instrumento largo y plano, que produce misteriosas matices. El sonido resultante es claramente distinto de música japonesa tradicional y occidental.
En este video se puede ver de cerca cómo es la técnica
básica para hacer sonar el mukkuri y la vibración de la lengüeta:
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ToyToy ( Motoi Ogawa) es un músico Ainu. Reside en Saporo. Ejecuta el Tonkori
Grupo de danza tradicional Ainu, en la ciudad Ainu de Porotokotan, cerca de Sapporo.
FUENTES: National Museum of Ethnology (Minpaku) www.minpaku.ac.jp Ainu Museum 3-4, Wakakusa-cho 2-chome, Shiraoi-gun, Hokkaido, JAPAN
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