Desde fines de la década de 1930 fue considerado uno de los grandes cantores solistas de esos años y de las dos décadas siguientes.Su verdadero nombre fue Natalio Alberto Capa, nació en Rosario, Santa Fe, en 1910 y desde muy joven, siendo empleado en una panadería, ya cantaba acompañándose con la guitarra. Justamente de la marca de las máquinas de amasar el pan (Margaldi) , tomó su nombre artístico Margal, Alberto Margal. Más tarde, ya en Buenos Aires fue actor vocacional, trabajando en algubos radioteatros. Radio Argentina, Belgrano, El Mundo, Porteña y Prieto fueron las emisoras donde se escuchó su voz. Durante dos décadas, Margal resultó uno de los grandes cantores solistas y fue Jaime Yankelevich, dueño de la cadena Radio Belgrano, quien lo bautizó "El cantor de las madres y las novias". Abría sus programas en los micrófonos de LR3 Radio Belgrano diciendo:
"Escríbeme madre, escríbeme novia, escríbeme dueña, te brindaré mi corazón en serenatas porteñas".
En 1942 personificó el rol de José Betinotti (autor de Pobre mi madre querida) cantando ese vals en la película La cabalgata del tango, dirigida por Juan Francisco López, gran difusor del tango. Esa película incluía los 10 cortometrajes de Gardel y figuraban en el elenco Ignacio Corsini, Oscar Alonso, Alberto Margal, la Orquesta Típica Argentina, conformada por músicos recientemente desvinculados de Fresedo, con el cantor Ricardo Ruiz, un cuarteto de la Guardia Vieja y parejas de bailarines. También cantó en locales nocturnos, como el mítico Café Marzotto de la calle Corrientes 1124.
Su voz, al estilo de Agustín Magaldi, encontró su mejor espresión en letras sentimentales que le proporcionarían su mayor éxito en el público femenino de todas las edades..
En 1943 fue contratado por la empresa Odeón, siempre fue acompañado por guitarras y jamás estuvo asociado a ninguna orquesta típica, en esta empresa discográfica dejó un total de 46 registros hasta que en 1957 dejó de cantar profesionalmente. Entre los guitarristas de Alberto Margal se destacan Ferrari, Alexandrini, Escudero, Cerda, Canataro, Pedretti y José Canet.
Compuso muchos temas, entre otros: “Madre Universal”, “No hables mal de las mujeres”, “Los ojos de mi madre”, “Vuelvo al barrio”, “La serenata”, “Fragata Sarmiento”, “Compañera mía”, “Por qué canto”, “Aquel Muchacho”, “El día de mi madre”, “La serenata”, “Florcita olvidada”, “Apenas quince años”, “Juan Manuel Fangio”.
Audios La ofrenda del trovero
En este vals es interesante notar que se mencionan 28 tipos de flores diferentes, todas ellas comunmente halladas en los jardines de los distintos barrios.
LA OFRENDA DEL TROVERO
(vals)
Cuando en las madrugadas, las brisas mañaneras
Te traen las armonías de una vieja canción,
Igual que las glicinas de las enredaderas
Yo estoy en tu ventana temblando de emoción.
Es que tengo en mis manos un ramo perfumado
De flores que he juntado tan sólo para ti,
Para que todas ellas te cuenten afanosas
Las horas venturosas que a tu lado viví.
Te traje margaritas, claveles, azucenas, Acacias y verbenas, jacintos, mirasol, Camelias, amapolas, campánulas, violetas,
Geranios y mosquetas, narcisos y cedrón.
Te traje tulipanes, fresias y marimoñas, Diamelas y magnolias, pensamientos, azahar, Achiras, crisantemos, orquídeas blancas, rosas,
Y la flor misteriosa que da el mburucuyá.
Mañana en tu ventana encontrarás las flores
Que mis tiernos amores te dejan con fervor,
Y cuando las contemples, no olvides, bienamada
Que bajo tu mirada latiendo está mi amor.
Asómate y escucha, en medio de esta calma
La dicha que mi alma te ha querido expresar,
Asómate, bien mío, asómate que quiero
Que escuches al trovero que te vino a cantar.
Letra y música : Alberto Hilarión Acuña
Grabado por Alberto Margal con acompañamiento de guitarras. (sello Odeón, 29-11-1955)
Mis harapos
Caballero del ensueño, tengo plumas por espada
mi palabra es el alcázar de mi reino, la ilusión,
mi romántica melena, así lacia y mal peinada,
es más bella que las trenzas enruladas de Ninón.
Tengo un primo. El es rico, poderoso, bien querido;
yo soy pobre, soy enfermo, pienso, escribo y sé soñar...
y una noche, de esas noches tan amargas que he sufrido
mis harapos con su smoking se rozaron al pasar.
Me miró como al descuido: no dejó su blanca mano
se estrechara con la mía contagiándole calor,
él su smoking lo vestía ¡mi elegante primo hermano!
y alejóse avergonzado de su primo el soñador.
EI helado cierzo a ratos, arreciaba incompasivo,
yo sentía frío adentro, frío afuera y todo así;
y arrimándome a una puerta rompí en llanto compulsivo
y llorando como un niño ¡como un hombre maldecí!
Va rozando las hilachas de mis trágicos harapos,
una mueca de ironía mi miseria le arrancó.
¡También ríen en los charcos los inmundos renacuajos
cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó!
Arquetipo inconfundible de tartufos que disfrazan
con el corte irreprochable de algún smoking o frac.
Tú eres, primo, el arquetipo, mis orgullos te rechazan...
déjame con mis harapos, son más nobles que tu frac!
Música: Marino García. Letra: Jorge Luque Lobos.
No hables mal de las mujeres
¡No hables mal de las mujeres!
que hasta tiembla Dios, que escucha,
porque él sabe que tu caes, en fatal murmuración.
¡No hables mal de las mujeres!
que sin ellas en la lucha de la vida,
flaquearía sin cesar el corazón.
¡No hables mal de las mujeres!
que retemplan nuestros pechos,
con caricias y ternuras y con magia celestial
y la vida nos adornan, cual finísimos helechos,
no hables mal de las mujeres, que no saben hacer mal.
Ellas aman porque saben que en amar está la vida,
ellas aman porque cumplen su misión de humanidad,
porque sueñan, porque sienten, su alma noble enternecida,
pero sienten, sueñan y aman, con suprema idealidad.
Son confiadas pero el hombre, las arranca de su plinto
y en lugar de ser su guía, su guardián y su instructor,
le promete el sol, el cielo, de un amor que nace extinto
porque sólo es simulacro de galán conquistador.
¡No hables mal de las mujeres! que su savia nos brindaron
y nos dieron de sus ansias, lo más puro y lo sin par,
y por darnos una vida con la muerte se enfrentaron
con la muerte que a sus almas ni siquiera hizo temblar.
¡No hables mal de las mujeres! aunque el odio te taladre
aunque rabies de despecho y te muerdas de rencor,
que una de ellas te dio vida y una de ellas fue tu madre,
y una de ellas te hizo un hombre, con trabajo y con amor.
Letra: Deingeniero Carrillón (seudónimo de Antonio Nápoli).
Música: Alberto Margal.
Idilio gaucho
Inspiración
Fuentes: todotango.com
clubdetango.com.ar
lanovaboticadelaleman.blogspot.com youtube.com
El tango y sus intérpretes, tomo 1, escrito por Roberto Gutiérrez Miglio (Edit. Corregidor).