Revista de ArteS
Buenos Aires- Argentina
N° 24
Enero/Febrero

2011

 

 

 

 

 

 

 

Metallic-Art

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INDICE TEMATICO GRAL.

 

 

Gricel  Ávila  Ortega

 

Nocturna

Inúndame amado mío
como océano a la tierra

que tus infinitas aguas nunca
bajen después de la marea.

Que sea tu mar el abismo
del reposo salvaje,

incendiado de follajes marinos
que a la voz de la dulce
lira me encarcelen.

Escánciame en torrentes
de miel,

para que ahogada en el almíbar
de tu agua,

pueda sentirte, oh amado mío
derramado en la ¡ola insaciable
de la rosa nocturna!

 

 

. . .En mi dolor que fluye gota a gota

. . .en mi dolor que fluye gota a gota
Safo de Mitilene

. . .En mi dolor que fluye gota a gota
y él siente que no hace nada,
mi dolor fluye gota a gota.

...Oh Afrodita, él sigue emborrachándose de
cuchillos que lanza a mis costados, a todas partes
del corazón y gotas de sangre se escancian sobre la
tierra.

Puede insultarme cualquiera, él se unirá a ellos con
sus puñales y seguirá emborrachándose en mi dolor
con su razón e indiferencia.

Se dice inocente, que no ha hecho nada, entonces
¿por qué mi dolor sigue fluyendo gota a gota?

Oh hermosa Afrodita, compasiva diosa, él ha pedido
perdón y luego se dice inocente de sus disculpas,

mi cuerpo se desangra gota a gota.

¿Es que acaso soy la culpable
y sólo quiero compasión?

  Mi cuerpo se desangra gota a gota.

¿Me siento tan importante y a toda costa
exijo el amor?

¿Qué es lo que ella pide, qué es lo que ella
quiere bella Afrodita?

Él sí es inocente de sus disculpas.

Y ha sido ella que ha disfrazado
al cuchillo del corazón y se ha unido a las ofensas.

Es ella Afrodita, la mente, que no deja
en paz con insistencias de amor y recompensas.

Porque no escancio ni fluyo nada, ni dolor, ni sangre
ni tristezas.

 

 

Ejercicio melódico. La pradera del abrazo

El ala de la alondra, orlada de azul de oro
  retorna al corazón de la amapola
que duerme sobre la pradera de diamante.
Joan Miró

La pierna izquierda se inclinó
la derecha se estiró
la derecha se inclinó
la izquierda se estiró

(sin fin de deslizamiento)

junto al sol del aire fresco
el gran faetón imprevisto
del aurorado encuentro.

Uno y dos deslizamientos
dos y tres deslizamientos

ha llegado con el viento
en soplos de airamiento
a la pradera de arrullos
invadida de murmullos
de las alondras y amapolas
que saben tejerse solas.

Tres toquidos son la clave
tres toquidos son la llave

de aquella que aguarda
como la alondra orlada.

Se encuentran los inefables
se encuentran los inefables

y ya beben acostados
en el paisaje plateado
la caricia perdurable
del reposo del abrazo.

Gricel  Ávila  Ortega (Mérida, Yucatán, 1983), es Licenciada en Literatura Latinoamericana por la Universidad Autónoma
de Yucatán y Maestra en Lliteratura Hispanoamericana por la New Mexico State University (NMSU).Ha publicado cuentos
y ensayos literarios en revistas nacionales, internacionales, electrónicas y antologías.
Se desempeñó como maestra de español en la Universidad de Las Cruces, Nuevo México (Estados Unidos),
e impartió clases de literatura en la Universidad Autónoma de Yucatán a los estudiantes de la licenciatura en literatura.
Actualmente reside en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se desempeña como maestra de español.


 

 

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