A pesar de haber ocupado un lugar marginal y secundario en la historia del arte pictórico en nuestro país, hoy se yergue como la figura más original de la pintura argentina del siglo XIX, con un lenguaje expresivo que mantiene gran vigencia.
Comenzó siendo daguerrotipista y discípulo del retratista Carlos Descalzo en 1858.
Pasó luego por el taller del pintor y muralista italiano Baldasarre Verazzi y conoció la obra de Ignacio Manzoni,quien promovió en él la idea de explorar los colores y las perspectivas.
Entre 1859 y 1863 viaja por la provincia de Buenos Aires. Se afinca por un tiempo en Mercedes.
Se asocia con el fotógrafo francés Juan Soulá para realizar retratos con la técnica del daguerrotipo.
Soulá era uno de los tantos fotógrafos franceses que habían viajado al Río de la Plata para probar fortuna como retratistas de la nueva técnica.
Gradualmente, Cándido López fue derivando de los esbozos a la pintura, y su experiencia con el daguerrotipo siempre estuvo presente en su obra posterior, en la rigurosidad de los encuadres, la observación minuciosa de la realidad y su interés por la posibilidad de documentar a través de las imágenes.
Su afán documental permite identificar todas sus pinturas, sus títulos tienen lugar, día —sólo les falta indicar la hora— y tratan de dar con la mayor precisión y rigor la oportunidad de lo que narran. Utiliza generalmente la forma rectangular, apaisada —casi siempre en relación de dos y tres por uno— a fin de que en su pintura ingrese una amplia escena.
Predomina la visión aérea a fin de obtener una mayor profundidad de la perspectiva.
Como dijera Samuel Oliver: "Tenia la maravillosa facultad de ver numerosas escenas al mismo tiempo,
como si fuera un ángel custodio poseedor de una visión de gran angular, en vez de la pobre y limitada visión humana de treinta grados".
"La no profesionalización de Cándido López (fue fotógrafo, soldado, zapatero y trabajador rural) en tiempos de “artistas” lo acerca aún más al pasado de la tradición regional, cuando el “arte” no tenía autonomía y era tarea de artesanos, soldados, tipógrafos y calígrafos" . (Roberto Amigo, « Imágenes en guerra: La Guerra del Paraguay y las tradiciones visuales en el Río de la Plata », Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Coloquios, 2009)
Entre 1863 y 1865 realiza continuos viajes por la provincia de Buenos Aires. Se instala en San Nicolás.
Al estallar la guerra de la Triple Alianza se enrola en el batallón de Guardias Nacionales, cuyo comandante era Juan Carlos Boerr.
Su diario personal registra el paso por diferentes campamentos (Uruguayana, Paso de los Libres, San Bento, Ensenadita, etcétera). Tiene el grado militar de Teniente 2°.
Batalla de Tuyutí
Batalla de Tuyutí (detalle)
Batalla de Curupayti
"Campamento argentino en los montes de la costa del río Paraná, frente a Itapirú" 1866, Corrientes (detalle)
En 1866 Participa en las batallas de Yataí-ti, Tuyutí y Curupaytí. En esta última, el 22 de septiembre, al cruzar una zanja,
un casco de granada le despedaza la mano derecha.
Mientras le venda la herida su asistente González es alcanzado por otra granada que lo mata.
En Corrientes le amputan la mano y la mitad del antebrazo.
1867 Pasa a Buenos Aires con el grado de Teniente 1° del Cuerpo de Inválidos.
En 1868, a raíz de una gangrena en su brazo herido le amputan el miembro hasta arriba del codo.
Trabaja con su hermano y se ve obligado a educar la mano izquierda, con la que comienza a pintar las escenas de la guerra de la que participó basándose en los croquis a lápiz que había efectuado.
El primer cuadro que realiza con su mano izquierda, titulado por él "Rancho en que vivía el Dr. Lucio del Castillo en el campamento de Tuyutí", se lo regala a su médico.
Hoy se encuentra en el Museo de Lujan.
El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, en referencia a los efectos de la guerra ("en la que Paraguay sucumbió y pasó a ser un pueblo vencido -en el sentido existencial de la aniquilación de un destino colectivo-") escribió: " Hubo un solo hombre, un solo artista que se opuso tenazmente a esta suerte de maldición del olvido que iba a caer sobre el país que él estaba contribuyendo a destruir. Este hombre fue Cándido López''.
El 22 de septiembre de 1872 se casa en Carmen de Areco con Emilia Magallanes, a quien conocía desde hacía años, a pesar de la distancia de años que los separaba. Con ella tiene doce hijos.
Al casarse, ella era viuda con un hijo de su matrimonio anterior. Su mujer lo sobrevivió hasta 1934.
Entre 1872 y 1884, trabaja como puestero y encargado en distintos campos de la provincia de Buenos Aires (San Antonio de Areco y Baradero, entre otras estancias, algunas propiedad de la familia de su mujer). Conoce en Baradero al Dr. Norberto Quirno Costa, quien lo insta a exponer sus pinturas en Buenos Aires.
El 18 de marzo de 1885 inaugura en los salones del Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires una exposición con 29 de sus pinturas referidas a las escenas de la guerra del Paraguay.
Una comisión, presidida por Rufino Várela, lo apoya.
Durante 1886 inicia una larga y fatigosa gestión a fin de que el Estado argentino le compre las pinturas de su exposición, dado el carácter documental que él les atribuía.
La Nación publica una nota en su edición del 13 de junio acerca de los ocho años de labor que le demandaran al artista y las gestiones ante el General Roca.
El 2 de Mayo de 1887 le escribe al General Bartolomé Mitre, quien le contesta el mismo día, reconociéndolo y alentándolo.
En junio le escribe al senador Eugenio Tello.
El 22 de septiembre, aniversario de la batalla de Curupaytí —a veintiún años de la misma—
por Ley 2038, ambas Cámaras autorizan al Poder Ejecutivo a pagar la suma de $11.000 de moneda nacional para adquirir las 29 obras de la exposición de 1885.
Son destinadas al Museo Histórico Nacional. En el mismo año edita el "Catálogo de la Colección de Cuadros Históricos representando episodios de la guerra del Paraguay".
Compra una casa en Merlo (Pcia. de Buenos Aires).
Entre 1892 y 1895 se instala en Buenos Aires y trabaja en una habitación interna de la sede del Cuerpo de Inválidos del Ejército situada en las calles Azcuénaga y Pacheco de Melo Melo, donde instala su taller, muy visitado por colegas de armas y amigos.Integra la Plana Mayor del Cuerpo de Inválidos.
Entre 1895 y 1898 continúa pintando escenas de la guerra del Paraguay y el Estado nacional le compra dos de ellas. Pinta también naturalezas muertas y muere el 31 de diciembre en 1902.
Se recomienda consultar:
Roberto Amigo, « Imágenes en guerra: La Guerra del Paraguay y las tradiciones visuales en el Río de la Plata »,
Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Coloquios, 2009, [En línea],
Puesto en línea el 16 enero 2009.
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