Revista de ArteS
Buenos Aires - Argentina
N° 22
Sept. / Oct. 2010

Metallic-Art

Metallic-Art

 

Paolo y Vittorio Taviani comenzaron una de sus más célebres películas con una frase de un autor no menos famoso, Luigi Pirandello:

"Yo soy hijo del Caos, y no alegóricamente, sino literalmente, porque he nacido en nuestro campo, que tiene cerca un intrincado bosque, denominado Cávusu por los habitantes de Girgenti, deformación en dialecto del genuino y antiguo vocablo griego Kaos".

Paolo y Vittorio Taviani
Luigi Pirandello

Kaos, (1984) la conmovedora película de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, eligieron y adaptaron para su película aquellos cuentos de Pirandello vinculados a las más antiguas leyendas y tradiciones de los campesinos sicilianos, tomados de su libro "Novelle per un anno" (1922/1937).

En el prólogo, un grupo de campesinos capturan un cuervo macho y después de maltratarlo le cuelgan del cuello una campanilla. Su sonido se extiende por los valles de Sicilia, tierra natal de Pirandello, y ese cuervo volando es, precisamente, el hilo conductor que une una historia con otra.

 

Ganadora de un Globo de Oro y varios David de Donatello consta de cuatro episodios y un epílogo, en definitiva cinco historias, que transcurren en Sicilia.

El primer cuento, El otro hijo, es el más trágico, muestra como una madre se lamenta de la ausencia de dos de sus hijos que la han olvidado  y  al mismo tiempo no presta atención  al tercero, bastardo, nacido del bandido que degolló a su esposo y la violó. Ese hijo en cuyo rostro ve al asesino, se ha quedado a su lado y se  desvive por ella.

El segundo episodio, Mal de luna, relata la tragedia de un campesino embrujado por la luna siendo pequeño que se convierte en lobizón las noches de luna llena.
Esa protagonista está presente en  todos los cuentos, una irresistible  luna siciliana que embruja y amenaza.

El  tercer cuento, es La vasija rota, de tono farsesco, es una fábula en la que se enfrentan el poder de los terratenientes y la sabiduría popular.

El cuarto, Requiem, cuenta el enfrentamiento entre las razones legales de la autoridad y los derechos religiosos de la colectividad.

El epílogo sirve para unificar los cuatro relatos de la mano del propio Pirandello y proponer o, mejor dicho, hacer explícita la significación de esta lectura del pasado.

El epílogo del film de los Taviani, titulado “Coloquio con la madre”, es el momento culminante de Kaos: viejo y cansado, el propio Pirandello (interpretado por Omero Antonutti, de notable parecido físico) regresa a su casa natal, en Agrigento, acudiendo al llamado de su madre muerta, respondiendo a la convocatoria de “sombras de sombras”, como él mismo enuncia.


 

Pirandello y el cine

Pirandello  publica un ensayo en el periódico Il Corriere della Sera, titulado “Sobre si la película hablada abolirá el teatro” en el que descree de esta posibilidad, Pirandello afirma: “El error fundamental de la cinematografía ha sido, desde un principio, ponerse en un camino falso, en un camino impropio de ella, el de la literatura (narración o drama). En este camino se ha encontrado forzosamente en una doble imposibilidad, a saber: 1) la imposibilidad de sustituir la palabra; 2) en la imposibilidad de prescindir de ella. Y con este doble daño: 1) un daño para sí misma, al no encontrar una expresión suya propia libre de la palabra (expresada o sobreentendida); 2) un daño para la literatura, la cual se encuentra, forzosamente, con todos sus valores espirituales disminuidos (...) El silencio se ha roto. Ya no se puede rehacer. Desde ahora habrá que dar, a toda costa, una voz a la cinematografía. Buscar esta voz en la literatura es una vana insistencia y un ciego hundirse en su error...”
“La cinematografía debe liberarse de la literatura para encontrar su verdadera expresión  y entonces realizará su verdadera revolución. Que deje la narración a la novela y el drama al teatro...”
En Kaos, de los Hnos. Taviani, podemos vivenciar  una cualidad  que Pirandello adjudicaba al cine, la posibilidad de remover  ”el subconsciente que está en todos, imágenes impensadas, que pueden ser terribles como en las pesadillas, misteriosas y mudables como en los sueños...”

 

 

© Revista de Artes
Buenos Aires - Argentina

Sólo se permite la reproducción citando la fuente e insertando el enlace a www.revistadeartes.com.ar