Revista de Artes
Edición nº 15

Julio /Agosto 2009
Buenos Aires - Argentina


poesía

 


desde Santiago del Estero, Argentina

María Teresa espera, tratando de no desesperar, y algunas noches escribe. Son sus incansables intentos de sembrar legado para cuando el clima deje de ser amenazante y las tiernas hierbas puedan asomar a la superficie otra vez.


Maria Teresa Casas de Peralta*
En el nombre de mi nieta.

Los Cantares de Clarissa
Parte 1

EL ABISMO

“Y sentì vértigos y lloré….
------------------------ El Aleph. J.L.Borges

No sé si mis poemas son buenos.
No sé si están bien escritos.
Sé que me acompañan amigos,
sé que hay un dolor compartido.
¿Cómo escribo? No lo sé.
Lo hago en mis tiempos perdidos,
y no lo hago con oficio,
lo hago con un latido.

Y sé que es así, que el dolor sigue conmigo y que he vislumbrado un abismo.
Casi siempre escribo de noche cuando el mundo está dormido
y mi dolor encendido.

------------------------------------------------Septiembre 24, 2007

 

TRANQUILIDAD
           

"Nada me turba,
nada  me espanta.
Sólo Dios basta”                       
Santa Teresa de Avila, Dra. de la Iglesia

 

La niña ayer por teléfono preguntó
cuál es el mayor número.
Le contesté: infinito, sabiendo que número no es.
Y la niña contestó: ése es.
--------------------------Disfrazada la pregunta vino.
--------------------------Disfrazada la respuesta fue.
Por teléfono inalámbrico,
viajando en ondas de Maxwell
para comunicar amores de una niña
con la madre de su madre.
--------------------------Disfrazada la pregunta vino.
--------------------------Disfrazada la respuesta fue.
Esa fría tecnología
sirve para dar tibieza
a una pequeña que hoy está
viviendo una enorme tristeza.
--------------------------Disfrazada la pregunta vino.
--------------------------Disfrazada la respuesta fue.
Y para mitigar el frío
de dos adultos sorprendidos
por un hielo instituído,
y por una aleación fundida.
--------------------------Compleja la respuesta fue
--------------------------a la compleja pregunta que vino.


---------------------------------------------------------------------Octubre 2007

 

LUNA OSCURA

Luna, la luna se puso negra,
se oculta del rayo del Sol.
Sabe que le tengo una lanza
que le dará en el centro
que la hará tamaño tajo,
chorros de nácar lloviendo.

Luna, que te has puesto oscura,
no eres una luna blanca
curva fina y esbelta
donde el niño se hamacaba,
ni eres aquel sonajero
que la guitarra cantaba.

Federico, si supieras
que tu luna ya no es gitana.
Se esconde, es traicionera.
Tan solo es la bien “pagá”.
Ella ganó el costurero.
Yo quiero mi niña sana.

Y ahora, me siento gitana lejos del Guadalquivir.
Mi pecho lleva por dentro
un clavel para vivir.

Baila, gitana, baila,
el clavel te hará sentir
que no es mucho lo que importa
si no puedes perdonar.  
No es el dominio de humanos,
el perdón es concedido a quien se arrodilla a implorar.”

Luna, que te has vuelto oscura,
vuelve a recibir al Sol,
hazle caso a la guitarra y conviértete en farol.
Yo, no soy una niña, yo soy aquella gitana
que sí, que tiene marido,
a  hija y nieta perdió, y ella es niña menor.

                        “Baila, gitana, baila.
                        Haz lo que debes hacer.
La ira tiene su tiempo,
y no es tuyo ese reloj.
La  ira suelta no conviene,
solo la apaga el perdón.

                        Baila y llora, gitana,
                        tu marido llora por dentro,
                        dale también un clavel.
                        Tú, ya haz recibido uno.
                        El también perdió sus dos hijas,
                        mucho más le  pesa a él.”        

Federico, te aseguro. El un clavel tendrá.
Navega como Odiseo.
También él atraviesa  tentaciones, fuego
y las olas de Poseidón.
Y como Odiseo alcanzará su orilla de blanca arena
que espumosa, baña la mar.

---------------------------------------Enero 2008

 

 

PASEOS  Y  CONVERSACIONES


“Los sentidos curan el alma
y el alma cura los sentidos”  
---------------------------------------El Retrato de Dorian Gray.  Oscar Wilde

 

Un domingo a la mañana,
van por la acera soleada,
el Abuelo y su nietita
dando brincos, muy cuidada.

¿Abuelo, tú eres científico?
Así es, Clarissa, así es.
Entonces, yo científica seré.
Vamos,  a tomar tu café.

Instalados en salón,
con espejos y manteles
bordados en flor de lis,
Clarissa, 4 años, se apresura a declarar:  Quiero pis.

Gran conmoción del Abuelo.
Se arrepiente del paseo
sin haber imaginado tal
devenir descomunal.

Empleado con escobilla
y señora muy comedida
acudieron en su auxilio.
Y fue así que atravesó aquel pequeño martirio.

Abuelo, mira los ponies
que pinté con los creyones que me trajiste de Holanda.
Los pequeños están lejos,
el pony grande está cerca. ¿Abuelito, te das cuenta?

(La niña va construyendo
su perspectiva y paisaje).

                        Abuelo, ¡mira la Luna!
¡Mira la Luna, Abuelito!
¿Qué Luna, Clarissa?, no veo nada,
es de día y hay luz de Sol.

                        ¡Abuelo!  ¡Mira la Luna!,
y señala con dedito.
La mirada del Abuelo sigue la dirección dada
advirtiendo en el celeste la fina curva de plata.

Clarissa, le lanza el Abuelo,
¿qué es el Sol?
 Vos callate.
                        (Mmm…, la pregunta no es disparate)

Clarissa, insiste el Abuelo otro día,
¿qué es el Sol?
Es amarillo. (Sé que estoy  insatisfecha,
mi respuesta es incompleta)

Clarissa, su Abuelito le porfía,
otro día: ¿qué es el Sol?
Es una estrella cercana.
Las lejanas se ven pequeñas, no están quietas,  tienen alas.

¿Cómo lo sabes, Clarissa?
Porque en diferentes noches,
Abuelito,
                        las veo en distintos lugares.

(No están quietas,
igual que tus ponies,
nietita,
que se alejan y se acercan.)

Clarissa va descubriendo
que el mundo que la rodea no es inmóvil,
por eso supone alas. ¿Y porqué no hacerlo así ,
si es su explicación feliz ?.

Clarissa pintó ponies,                                                                                                                  
estrellas, el sol y la luna,
nubes, gotitas de lluvia, casitas,
unicornios alados, flores.

Tenemos  todas sus pinturas
hechas con los creyones
que le trajimos de Holanda
para pintar ilusiones.

Niña de nuestros desvelos, no sabemos donde estás.
Sigue hablando con Jesús
como hiciste a los 6 años.
El te acompañará y evitará  todo daño.   

 

TU MEMORIA
                                                                                                         
Construirás nuevamente tu memoria,
palmo a palmo, risa a risa,
tus saltitos y tus prisas, y no solo será tuya,
también del mundo, Clarissa.

Qué interesan las neuronas, sus synapsis y membranas,
arteramente atacadas
por olvidos y mentiras,
cuando la historia está escrita y se puede repetir.

Cuando tu alma reside
en el inmune lugar
al que te condujo el agua con que quisiste brindar.

Niña mía, flor de  jazmín,
verás desde tu ventana
cuán cuidado es tu jardín.

Aspirarás el perfume de inocencia que dejaste
en esta casa hoy desierta,
que estallará en carcajadas
cuando vuelvas, ya despierta.

Cuando vuelvas,
y hasta el final de los tiempos,
el Bien te tiene guardada
tu identidad verdadera, en una torre especial.

Y no sé cómo lo haré,
ni qué, ni dónde ni cuándo,
pero sé que allí estaré cabalgando en mi potrillo.

Y dejaré de llorar,
y tu Abuelo llorará las lágrimas aún no vertidas,
con coraje contenidas por ser valiente varón.

Tu promesa de Lealtad
será respetada en cielo y tierra,
arrasando, con desprecio universal,

al que se escondió en tu infancia, con ventaja, relativa, de desacato y distancia.

Que tu alma ya reside
en  ese inmune lugar
al que te condujo el agua con que quisiste brindar.

Y si algún bueno hoy te llamare,
te dirá que no me he ido y que estoy
acumulando caricias que para ti destino.


Santiago del Estero, Febrero, 2007

 

LLUVIA CLARA

“Llorad, corazón,
 que teneis razón.”        
Romancillo, Luis de Góngora,
Siglo de Oro Español

Cómo lava la lluvia, la mejor agua clara.
Sana las heridas, como nana del alma.
Su sonido apacigua a los nervios hirvientes.
Su olor de limpieza da algún brillo a la tierra.
Y cómo ella alimenta
insospechadas vertientes.

Después de la lluvia, del amarillo al verde.
Con el agua sagrada vamos entendiendo
que es corazón la mente.
Y la lluvia es llanto dulce, no salado.
La lluvia nos enseña y da catarsis de ese llanto dulce
por lo ignoto, añorado.

Algebra y geometría
atrás quedaron.   
Hay dimensión infinita
en un mundo soñado.
Desconocido algoritmo
el poder de la lluvia en un corazón sangrando.

Y cuando cesa la lluvia
se abren las heridas y los nervios hierven.
Quedan las vertientes.
De roca  una caleta  demente por ser seca.
Pero las vertientes,
quedan.

No nos precipitamos
al vacío rocoso.
Lentamente vamos
recogiendo gotas, acumulando el agua
que endulce su futuro.
¡Ah,  esos golpes salvajes que el destino depara!

Con escudo de bronce, con saeta de fuego,
con los ojos abiertos  y la mente despierta,
nosotros no tenemos las manos destrozadas:
a los golpes salvajes les espera una saga.
Los heraldos negros destino tuvieron y tienen:
Con la frente en el polvo rehabilitar sus almas.

---------------------------------------------------------Marzo 13, 2008

 

DIAMANTES DE RISA

Hay un oro más oro que el oro
de las reinas.
He visto lágrimas de risa
con brillo de diamantes:
surcaban las mejillas
de una niña que reía.

Brillantes de corona real
que una reina al mar los tiraría
por un solo cabello
de alguna de sus hijas.
Sus verdaderas joyas,
su música de risas.

Hay silencios grandiosos
en toda sinfonía.
Más se oye el silencio
de un niño cuando duerme
seguro
en su cunita.

Hay sedas  hermosas,
brillantes y floridas,
suaves como una gasa, suaves como una pluma.
Mas suave es su cabello,
sus pestañas cerradas,
de mi nieta dormida.

Hay brisas del mar,
la Veracruz cantada,
selladas en poesía.
El aire que respiras
me falta a mí,
porque no sé donde estás, niña  querida.

Cuando vuelvas serás más alta,
serás delgada.
Y volverán las rosas
a dar perfume,
a respirar profundo
porque mi infanta está en el mundo.

Guardo tu bicicleta
color violeta,
tus vestiditos y zapatitos.
Todos tus dibujos y el paquetito
de azúcar que me diste, llorabas,
cuando te fuiste, ojitos tristes.

¿Porqué estás callada,
linda niñita?
Tienes aquí otra madre,
puedes hablarle.
Carga en mi espalda tus penas,
las echaré al vacío.

Y habrá rocío y almíbar
en los jazmines.
Que suficiente azúcar tú me has dejado
para endulzar tu rostro, niña querida,
toda la vida. Con lágrimas,
pero como las de antes, pero de risa.

--------------------------------------------------Marzo 28, 2008

 

* MARIA TERESA CASAS DE PERALTA: Lic. en Física, UBA 1963, Master en Ciencias, University of Colorado, 1968.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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