Dubuffet fue un pintor tardío, que comenzó su carrera artística a los 41 años.
Si bien comenzó a los 17 años a estudiar pintura en la Académie Julian, de París, luego de seis meses la abandonó para estudiar de forma independiente.
En 1924, dudando del valor del arte, dejó de pintar y se hizo cargo del negocio de su padre vendiendo vinos. Retomó la pintura en la década de 1930, pero volvió a interrumpirla, para continuarla por largo tiempo en 1942. Su primera muestra individual se produjo en 1944. Se aproximó al surrealismo en 1948, luego a la patafísica en 1954.
Influenciado por el libro de Hans Prinzhorn, Artistry of the Mentally Ill, Dubuffet acuñó el término Art Brut (arte en bruto) para el arte producido por no profesionales que trabajan por fuera de las normas estéticas, tales como el arte popular, el de enfermos psiquiátricos, prisioneros y niños.
Privilegió una forma de creación en la que la espontaneidad y el instinto prevalezcan sobre la razón y la formación técnica. Él formó su propia colección de tal forma de arte, incluyendo a artistas como Aloïse Corbaz y Adolf Wölfli.
La importancia del arte de Dubuffet radica en haber sido uno de los primeros artistas modernos en renunciar a los materiales y técnicas tradicionales.
Esta actitud provocó en los comienzos un gran escándalo, pero al final de sus días Dubuffet gozaba ya de prestigio internacional.
Dubuffet pretendía crear un arte libre de las preocupaciones intelectuales, creando figuras elementales y pueriles y, a menudo, crueles, inspirado en los dibujos de los niños,los criminales y dementes. Personajes bufos, morbosos,como las mujeres de su serie "DAMES"; o seres infrahumanos,figuras deformes,absurdas y grotescas como los ciclos "BARBAS".
Muchas de sus obras fueron realizadas con óleos, sobre un lienzo reforzado con diversos materiales -arena, alquitrán, paja, barro, yeso o detritus orgánicos- que aportaban una inusual superficie texturada.
Desde 1962 produjo una serie de obras en las cuales se limitaba a sí mismo con los colores rojo, negro, blanco y azul.
Calificado como uno de los artistas más enigmáticos de la segunda mitad del siglo XX, no cesó de evolucionar y de expandir su arte.
A los 61 años, comenzó a trasladar sus pinturas bidimensionales a las tridimensionalidad, buscando corporalidad, logrando lo que se conoce lo que se conoce como su periodo “Hourlope” (1962 – 1974), en el que realizó esculturas en poliestireno pintadas con vinílico.
Estas esculturas o “dibujos que se expanden en el espacio” -como él mismo quería que fueran conocidas- se caracterizan por el uso de cuatro únicos colores -rojo, blanco, negro y azul.
Reflejan el interés de Dubuffet por la arquitectura y también, por la idea de crear obras que pudieran estar en la calle, a la vista de los paseantes circunstanciales, constituyendo un precedente del street art o arte urbano.
"No aspiro a la exclusiva delectación de un puñado de especialistas, me interesa mucho más que mis lienzos diviertan e interesen al hombre de la calle cuando sale de su trabajo y en ningún caso al maniático, al iniciado, sino al hombre que no tiene ninguna instrucción ni disposición particulares"
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Ancient Combatant, 1945
Vache Tachetee, 1954
Jean Dubuffet, Campagne nervurée, 1959
Tête barbue (Bearded Head), 1959
Driftwood with barnacles, 11 1/8 x 8 1/2 x 4″
Galleries Lafayette, 1961, gouache sur papier
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