Los peinados por los tiempos de Felipe IV - Nota II
Por Felipe Martínez Pérez |
Los Austrias tuvieron a su servicio pintores de primerísima línea. Baste decir que Tiziano pinta para Carlos I y su hijo Felipe II; por los tiempos de Felipe III y Felipe IV anda Rubens por Madrid y conoce a Velázquez joven. Y éste cierra esa trilogía de grandes que trabajan para una gran monarquía. Pues bien estos artistas reflejan la vida en palacio y en particular buena parte de su intrahistoria, y gracias a ellos sabemos cómo vestían o que peinados usaban o cuáles eran sus zapatos predilectos, por poner ejemplos cotidianos. Por otra parte, y es lo que interesa para este artículo, la Casa de Austria era adicta a los enanos, truhanes y loquillos con los cuales se entretenían y a los cuales trataban y cuidaban con cariño y como criados deambulaban por palacio. No hay que olvidar que ya por el Medioevo aparecen en los documentos enanos, juglares y juglaresas por palacio o de jornada acompañando a reyes y príncipes. No es de extrañar que al entrar en palacio nos los llevemos por delante o salgan a nuestro encuentro.
De las varias docenas de enanos, siempre me han interesado dos enanas, famosas ellas, a juzgar por el sitio real en que aparecen. La enana Magdalena Ruiz (Madalena) la preferida de Felipe II que lo acompaña a Lisboa con el propio beneplácito y pinta Sánchez Coello y María Bárbola o Bárbara o Doña Bárbara o Barbarica que pinta Velázquez nada más y nada menos que en Las meninas, también llamado de La Familia Real. De tal manera una y otra a juzgar donde salen pintadas, dan por sentado la “importancia” que tienen en la Corte. Magdalena es la preferida de Felipe II, que a su vez es la preferida de su hija preferida, doña Isabel Clara Eugenia, y con ésta aparece en el cuadro de Sánchez Coello. De ella hablaré al tocar los vestidos, pues baste decir que en la Cuentas particulares se asienta el costo del vestido que luce y la tela que se ha gastado para vestir a la mona que lleva en brazos y que asciende a cerca de ocho mil maravedís. Es tal el cariño demostrado por el rey que en las cartas que escribe a sus hijas desde Lisboa se pasa dándoles noticia de la enana, muy aficionada a los bailes, a los toros, y a la bebida.
Es en Lisboa, cuando de verdad, en el imperio no se pone el sol y sin embargo asistimos en lo cotidiano, en lo que trasluce el amor a sus hijas y en las cartas que les escribe, se ve que está pendiente de Magdalena, que anda algo fatigada, que se ha enojado con él, que ha vuelto cabreada porque en el puerto le han dicho cosas soeces, o que no tiene la ropa que se merece y él, Felipe II, se echa la culpa. Pero ahora el centro es la enana alemana.
La enana María Bárbara Asquin entra a servir en palacio en 1651 a la muerte de la condesa de Villerbal y Walther con quien estaba desde su llegada de Alemania acompañando a la princesa. La vida de esta enana como la de cualquier otro servidor de palacio, se la puede columbrar mediante los asientos en los libros de cuentas, libros de sastres, libros del guardajoyas o libros de oficios y tantos otros donde se pueden seguir los pasos de esta gentecilla. Y que la enana ha gozado de ciertos privilegios y ha vivido cerca de la reina e infanta salta a la vista por el simple hecho de estar en el retrato. Bien vestida, a la moda con el guardainfante, y bien peinada al igual que infantina y meninas, lacio el cabello, como la infanta. Nos mira, no sin cierto orgullo, con gesto desafiante por ocupar ese sitio a pesar de su hidrocefalia y discreta oligofrenia.
Las Meninas (1656) - Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
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Detalle de la msma obra.
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No es Velázquez quien la “pone” en el cuadro por alguna relación turbia, como sugieren algunos investigadores, sino la proximidad diaria y el cariño que la familia real tiene para con ella y que en ese momento, el del cuadro, están todos, salvo María Teresa que no quiso estar. Mari Bárbola pasa por ser irascible, de pocas pulgas. Tiene criada propia y recibe nieve en verano, lo cual es un honor y montones de prerrogativas como vestidos y zapatos y estar en las mismas facturas junto a la reina. Y a la muerte de Felipe IV continúa al lado de la reina, viuda y regente de España. En 1700, cuando el primer Borbón echa de palacio a enanos y demás gente de placer, Mari Bárbola vuelve a su patria, Alemania, muy bien aderezada y surtida de joyas y metálico, e incluso, una merced hasta su muerte, a la manera de lo que hoy llamamos jubilación.
A la muerte de Velázquez la pinta su yerno Martínez del Mazo y también Carreño de Miranda, siempre al lado de doña Mariana con tocas de viuda. De manera que mientras investigo en la Biblioteca Nacional por los noventa me corro a palacio donde ya había profundizado en otras cuestiones. Me interesa el personaje y quiero oír el eco de sus pasos por pasillos y escaleras. Voy un poco a lo que salga, no tengo signatura alguna que me guíe, así que con la primera archivera, joven ella, poco saco en limpio. Llama en mi socorro a otra con años adentro y pregunto por las facturas de los peinados de las cuales no habla Moreno Villa.
La archivera piensa y trae a colación distintos sitios donde pueden estar y sale. Al cabo de media hora vuelve con un paquete de folios bien atados y con el polvo de varios siglos. Lo abre ella y después me deja cerrarlo. Ante el primer folio de valor me lo entrega y saco uno a uno. La primera en aparecer es la última archivada. Isabel II se peina y gasta en polvos, jabones, perfumes, espejos, cepillos, hebillas, etc ; y de los Borbones paso a los Austrias y paro en Felipe II su esposa e hijas y no continuo por falta de tiempo y porque mi andadura va por otro lado.
Pero aquí está la enana, y el melenero de palacio pasa factura a doña Mariana y en ella aparece Mari Bárbola con los mismos peinados. Hasta los cairelitos viejos que devuelve por otros nuevos. Para algunas ocasiones ha usado el mismo peinado que la reina luce para Velázquez y mediante su arte para la posteridad. Podemos ver cuánto cuesta el que aparece en el denominado “La reina Mariana de Austria” que se halla en el Prado. Va vestida con guardainfante negro y plata, mejillas pasadas de colorete y un peinado con peluca marrón, gris y rosa con alrededor de quince caireles y en cada uno un lacito rojo y la famosa pluma que se inclina a su izquierda. Es también el cuadro del pañuelo bellísimo. Velázquez trescientos años antes que Cézanne, viene a decir que desde el punto de vista pictórico un pañuelo puede tener tanta importancia como un rostro.
Como se aprecia en una de las facturas –Mayo de 1693- se la asienta en varias oportunidades, pues dice más abajo de lo que debe pagar la reina, “Y la obra quehecho yentregado pororden de SMgd Para las Enanas es la siguiente” y asienta el peluquero los caireles y casquetes para La Catón y después “De lechura de Vnos crespos ensortisados, y dos pares para la frente Para Da Barbara… y más abajo de la Echura deotro Cayrel ôndeado Para DªBarbara…” y cuando ha cerrado la factura recuerda la “echura de un casquetto para D. Barbola”.
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Quenta del Melenero de Su Magestad que Dios guarde. Memoria de la
obra que Juan Gaccomo Voiturier Melenero de Su Magestad que Dios
guarde a entregado a Dª Juana de Malban para el Real Seruicio de Su
Magestad en este año de 1696 con el precio de la obra. y echura
acostumbrado.
- a primero de Enero entregue a D. phelipe ___vn doblon - 1
seis libras de poluo para Su Magestad______
- a 3 de febrero entregue a Dª Juana vnos
risos con tres sortijas de pelo largo __________ - 3
- en 15 de mars otros crespos con tres sortijas
asta a la mitad_______________________________ - 3
- en dicho mes auer poblado vn cayrel
ondeado viejo que quedo como nueuo
y auer puesto el pelo ________________________ - 4
- en 8 de abril del cayrellito ia viejo
debajo del pelo auerle echo para ensima
y auerlo poblado lo necessario poniendo
el pelo_____________________________________ - 4
- a fin de abril otros risos bien poblado
de vna sortija larga que aora estan
dividido en dos______________________________ - 3
- de la echura de vn cayrel ondeado
para Dª Barbola y me cediò vn cayrellito
uiejo________________________________________ - 1 - 2
- y de tres pares de crespos para la fruente_______ - 1 - 2
- de vn cayrel uuelto para la caton
dorden de Su Magestad_______________________ - 3 -1
- Orden de Su Magestad dado de D phelipe
para vna cauillera para D fracisco
phelipin_____________________________________ - 4
- a 20 de Julio al buen retiro vn cayrel
ondeado para Su Magestad y a puesto
el pelo_______________________________________ - 16
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Juana de Marban y billagran doblones 44
- de la echura de un perluquin para su 2
magestad en el mes de Ottubre_______
- de la echura de vn casquetto poner
con cayrel_________________________ 2
de la echura de vna cabillera a echura
de cayrel__________________________ 4
- de auer puesto en otra echura vna
cauillera armandola de nveuo________ 1
- de vna cauillera rubia para el dotor
cristiano dorden de Su Magestad_____ 8
__________
doblones 61
Juana Josepha de Marban
en el mes de febrero de 1697 vn perruquin
para Su Magestad--quatro doblones-- 4
para dos cauilleras para Dª Barbola 8
de otros adressos de cauilleras para
la dicha Dª Barbola___________________ 1
entregado en diferentes ueces a D
phelipe diez libras de poluos para SuMagestad 2
________________ Doblon 15
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Paguese Yo la Reina
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En 1695 el francés “Juan Jacome Bouturier Melenero de VMgd” pasa factura de los risos y mechones y cabelleras y caireles y polvos, “y se añadió el pelo necesario y se hizo el hondeado de la hechura yel pelo” para el camino de Aranjuez o para el Real Sitio “además de 20 libras depolvos para SM”. Y luego de los trabajos para la reina “Para Dª Barbara vuelto bien poblado para el Corpus” y “De los rissos para lafrente en todo el año…”; y así en toda la documentación que se acompaña. En una palabra, que por lo regular se peina como la reina y además, por si no bastare, la peina el mismo peluquero, lo que demuestra el gran cariño y el por qué no se separa de ella o “sale” en las pinturas más famosas de Velázquez o de su yerno.
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Memoria de la obra que Juan Jacomo Voiturier Melenero
de S Magd. que Dios guarde â entregado âDª Antonia Patino
para el Real serbiçio de S. Magd. en este año de 1695
con el preçio de la obra y echura â costumbrada____________
Aprimero dehenero de lahechura de
un cairel ondeado quatro doblones____________ D o o 4
Deunos crespos hondeados echura____________ D o o 1
Aprimero de Abril entregue un Cairel ondeado
Vna cabellera en Aranjuez___________________ D o 12
Para el camino de Aranjuez unos mechones
Lissos echura_______________________________ D o o o 1/2
A 15 de Nobiembre un Cairel buelto __________ D o o 4
Eneste mes de Diçiembre vn cairel buelto
biejo que se desisso y se añadio elpelo neçe
ssario y se hizo hondeado dela hechura y el
pelo_______________________________________ D o o 6
Mas de hauer poblado un cairel hondeado y â
dos pares de rissos enSortijados_______________ D o o 4
Y de unos rissos Hondeados. echura___________ D o o 1
Mas en todo este año entrego â Sª Anttª Pati
no y â Dn Phelipe 20 Libras depoluos pª S. Mgd__ D 0 0 4
Para Dª Barbara buelto bien poblado
para el Corpus______________________________ D o 1 0
De los rissos para lafrente en todo el
año________________________________________ D o o 2
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Importa todo sesenta y quatro doblones y medio D o 6 4 1/2
Paguese Yo la Reyna (rúbrica) (21)
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Algunos investigadores han pensado que hay por lo menos dos enanas con el mismo nombre y que han coincidido por la misma época, y hasta tienen el mismo peluquero. Desde mi punto de vista, algo incongruente, si se echa un vistazo a como se llevaban las cuentas en Palacio y cada cual respondía a su superior. Por otra parte, Mari Bárbola Asquin vive en Madrid más de cincuenta años y también hay investigadores que dicen que habría vivido demasiado. Y yo me pregunto por qué esta enana no puede morir de vieja como por ejemplo lo hizo Nicolasito, y nadie sabe por otra parte a qué edad llegaa España; y muy difícil, por otra parte, es acertar con la edad en oligofrenias por más leves que sean. Pero sobre todo porque en palacio eran muy meticulosos y habrían, sin duda, asentada Bárbola la alemana o la francesa o la venida de Logroño y nadie aclara nada, por la sencilla razón, a mi parecer, que es la misma durante años. |