Huun Huur Tu
Cuando Kaagal-ool Khovalyg, Sayan Bapa, Anatoli Kuular, y Alexai Sarytlar comenzaron su aventura en 1992 como Huun-Huur-Tu -traducción de “la luz que se quiebra sobre la hierba al amanecer y al anochecer»- no imaginaron que difundirían su tierra natal y su cultura como lo han hecho, sorprendiendo al mundo con su música.
Todos son naturales de la República de Tuva, una región montañosa y de clima casi polar, fronteriza entre Mongolia y Siberia que históricamente fue invadida por todos los vecinos posibles hasta que en 1921 un grupo de pastores declaró su independencia.
Desde hace unos años algunos artistas como Huun-Huur-Tu se han decidido por exportar su cultura a occidente y con ella uno de los rasgos fundamentales de su música popular: los sonidos guturales aprendidos cuando convives mucho tiempo en soledad con los animales y deseas comunicarte con ellos.
Esta preocupación por los registros vocales no es nueva en occidente desde que los futuristas y los dadaistas reivindicaron la voz como uno de los principales instrumentos musicales. Muchos artistas han investigado todas las posibilidades acústicas de nuestros órganos de fonación: Meredith Monk, Leon Thomas, Diamanda Galas, Joan LaBarbara, Fátima Miranda, Phil Minton, etc., cada uno con su lectura personal, pero todos preocupados por extraer los registros imposibles.
La diferencia respecto a los sonidos guturales y difónicos de Huun-Huur-Tu es que con ellos este lenguaje forma parte de una expresión popular arraigada en las tradiciones ancestrales, transmitida entre generaciones mientras cuidan el ganado.
Por eso esa naturalidad y autenticidad les ha llevado a enseñar sus prodigiosos registros por todo el mundo: television, bandas sonoras de películas y, entre muchas de sus colaboraciones, conciertos privados en la propia casa de Frank Zappa.
Dicen que para conocer en toda la amplitud hasta qué punto las gargantas de Huun-Huur-Tu “casi” rompen las leyes de la física hay que ir a uno de sus conciertos -los discos son una idea aproximada- Sólo allí se puede comprender la dimensión de un prodigio de la naturaleza y comprobar cómo sus poderosas cuerdas vocales pueden hacerte cómplice de su magia. Es probable que Huun-Huur-Tu suenen a nuestros oídos de forma más o menos familiar por los contactos recientes con el llamado Folk-Bizarro; otra generación de artistas que también mantiene en el horizonte la espiritualidad y el chamanismo. Incluso algunos de los instrumentos acústicos que tocan como el violín “cabeza de caballo” (igil), conchas, tambor, sonajeros, etc., nos recordarán a estos artistas, de culturas totalmente opuestas y, sin embargo, un punto de vista común cuando se trata de cantar a la madre naturaleza.
Fuente:
www.lastfm.es
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