En un suelo rojizo y rocoso se abre una pequeña grieta que conduce a un submundo mágico, un lugar donde la caprichosa naturaleza ha esculpido pareces verticales en zig-zag mediante el efecto de la erosión. El color rojizo que se ve en el cañón es algo muy común en toda el area de la “Navajo Nation”. El cañón fue formado por la erosión de la piedra arenisca, principalmente por inundaciones repentinas.
Hace muchísimo tiempo, los rebaños de antílopes vivían en libertad en los alrededores de Antelope Canyon, lo cual ha determinado el nombre del cañón. De acuerdo con los navajos locales, el cañón y sus alrededores eran lugares donde el ganado pastaba en invierno.
Cerca de la ciudad de Page, en Arizona, el Antelope Canyon es un lugar no muy explotado al no pertenecer a la administración de los parques nacionales de los Estados Unidos, por estar situado dentro de las tierras de la Nación Navajo.
Para los antiguos navajos, entrar en un lugar como el Antelope Canyon era como acceder a una zona sagrada, les inspiraba respeto y salían plenos de un sentimiento elevado hacia la madre naturaleza, de carácter espiritual, y experimentaban un sentimiento recíproco de armonía hacia otras tribus.
Aún en nuestros días, permanecer en silencio –condición solicitada para realizar el recorrido- y disfrutar de ésta maravilla, es una experiencia inédita, que proporciona una gran sensación de paz.
Es obligatorio ir acompañado de un guía, debido a un trágico accidente en el que se ahogaron 12 turistas en el cañón debido a una fuerte tormenta de verano.
No cabe duda que es un lugar muy tentador para los fotógrafos y una fuente de ingresos para el pueblo Navajo. Es accesible solo con permiso desde 1997, cuando crearon el Navajo Tribal Park.
Fuentes:
thewotme.com
www.elmundodeazcarate.com