Mogno es una pequeña aldea suiza en el valle de Maggia (Val Lavizzara) a 1.180 m, que sólo ha sido utilizado como un Maiensäss -conjunto de viviendas en las montañas utilizadas durante el período de pastoreo de ganado- desde el siglo 19. En 1986 una avalancha destruyó la iglesia y alrededor de una docena de casas deshabitadas. En la década de 1990 el arquitecto Mario Botta reconstruyó la pequeña iglesia, dedicada a San Juan Bautista.
El innovador edificio hecho de capas alternas de mármol nativo Peccia y granito Vallemaggia era extremadamente controversial, pero con el tiempo se convirtió en un punto de referencia reconocido más allá de las fronteras de Suiza. La iglesia no tiene ventanas, y el interior (con capacidad para unas 15 personas) sólo está iluminado por la luz natural que entra a través del techo de cristal.
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La Iglesia consiste en un rectángulo inscrito en una elipse exterior que se deforma gradualmente hasta convertirse en un círculo a la altura de la cubierta, inclinada en la dirección del eje corto de la elipse.
El muro, muy grueso en su parte mas baja, refleja la naturaleza de la construcción como una unidad, contrastando con la ligereza de la cubierta de vidrio.
Los dos grandes contrafuertes forman un porche frente a la entrada y remarcan el campanario. Unos escalones colocados entre ellos componen la bajada de aguas pluviales de la cubierta, en un curioso juego de agua que termina en un estanque frente a la entrada. Tanto los muros como los pavimentos estan hechos de bloques de piedra en filadas alternativas de granito y mármol.
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Construìda sobre una base elìptica con el màrmol y el granito “valmaggesi” y con el techo de acero y vidrio.
La iglesia San Giovanni Batista construìda en 1636, destruìda por una avalancha en 1986 y reinaugurada en 1996 segùn el diseño del arquitecto Botta. En el interior, con la luz natural y su simplicidad despojada , se puede sentir muy fuerte una presencia espiritual.
El espacio interior es un rectángulo inscrito en una elipse exterior que se deforma gradualmente hasta convertirse en un círculo a la altura de la cubierta, con inclinación hacia el eje corto de la elipse.
El muro, más grueso en la parte mas baja, refleja la naturaleza de la construcción como una unidad, contrastando con la ligereza de la cubierta de vidrio.
Los dos grandes contrafuertes forman un porche frente a la entrada y remarcan el campanario. Unos escalones colocados entre ellos componen la bajada de aguas pluviales de la cubierta, por donde se desliza el agua que termina en un estanque frente a la entrada.
Los muros de piedra son portantes y se complementan con dos potentes contrafuertes que unen la parte superior de los muros, mas delgados, con la parte inferior.
Tanto los muros como los pavimentos estan hechos de bloques de piedra enfiladas alternando granito y mármol. La cubierta es de vidrio, soportada por una estructura metálica y con carpintería de acero negro.