Revista de ArteS
Buenos Aires - Argentina
Edición Nº 37
Marzo/ Abril 2013
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Cine

Breve historia del cine sueco


Por Leif Furhammar*

El cine sueco recibió su primer impulso decisivo gracias a la gran exposición de arte e industria de Estocolmo, en 1897. Fue entonces cuando se rodaron también las primeras cintas suecas. Se filmó al rey Oscar II a su llegada a la exposición, y así el monarca se convirtió en la primera estrella de cine. Durante los años del cine mudo, alrededor de 1920, Suecia se contaba entre los países de vanguardia del séptimo arte. Directores como Victor Sjöström y Mauritz Stiller hicieron varias películas consideradas por sus contemporáneos como obras maestras, y como clásicos por la posteridad. Varias de esas cintas ­como "La carreta fantasma" (Körkarlen) y "El tesoro de Arne" (Herr Arnes pengar)­ estaban basadas en narraciones de la Nobel sueca Selma Lagerlöf. Pero esa época de grandeza fue efímera. Sjöström y Stiller emigraron a Hollywood, acompañados de la estrella recién surgida Greta Garbo.

Al nacer el cine sonoro, a comienzos de los años 30, sus profesionales suecos abandonaron toda aspiración artística y ambición internacional para caer en el provincialismo y el popularismo. En los círculos artísticos y literarios el cine nacional se consideraba tan vulgar que lo calificaban de "vergüenza" para la cultura sueca.

Alrededor de 1940 ­cuando casi todo el resto de Europa se encontraba en plena guerra­ se produjo un cambio debido a que el cine asumió una función importante en la defensa psicológica. La gravedad de ese período de alerta militar exigía nuevos temas e intenciones artísticas paralelamente al uso escapista que se daba al celuloide. Directores como Alf Sjöberg y Hasse Ekman trajeron la esperanza de que Suecia volviera a ser un país respetado en la cinematografía. Después de la guerra, Suecia mantuvo su lugar cuando el moderno hábito de celebrar festivales generó una mayor demanda de películas de valor artístico.

Algunos documentalistas, como Arne Sucksdorff, fueron elogiados repetidas veces en el ámbito internacional, y las películas argumentales suecas merecieron una atención cada día mayor. Alf Sjöberg conquistó su mayor triunfo en 1951, año en que ganó el Grand Prix de Venecia con "Señorita Julia" (Fröken Julie).

En 1952 Arne Mattsson sorprendió al público del festival de Berlín ­y de todo el mundo­ con "Un solo verano de felicidad" (Hon dansade en sommar). Cuatro años más tarde entró Ingmar Bergman en la escena internacional con "Sonrisas de una noche de verano" (Sommarnattens leende). Suecia volvía a ser foco del interés cinematográfico mundial.

Posteriormente, Ingmar Bergman se mantuvo en un lugar central del cine mundial mientras produjo películas, y su fama no hizo más que crecer con los años. No ocurrió lo mismo con el cine sueco en general. Alrededor de 1960, la industria cinematográfica sueca sufrió una profunda crisis causada por el auge de la televisión. Gran parte del público abandonó las salas de cine; la producción sueca se comercializó y la mayor parte de los colegas y competidores de Bergman carecían de vena artística. Esa situación cambió en 1963 al celebrarse un convenio de política cultural entre los productores y el Estado: la denominada "reforma cinematográfica". Mediante ella se liberaron importantes recursos económicos con la finalidad expresa de fomentar la realización de películas de calidad.

Gracias a la reforma pudo surgir una nueva generación de cineastas originales que alcanzaron éxito: Jan Troell, Bo Widerberg, Vilgot Sjöman, Kjell Grede y otros. Al mismo tiempo se politizó el cine sueco bajo el influjo de los vientos de izquierda de la época, con las consiguientes nuevas señales estéticas y de contenido. Pero seguía disminuyendo el público de cine, y en buena medida el de películas suecas. El cambio más positivo que se dio en los años 70 y 80 fue el avance de la mujer en el trabajo cinematográfico fuera de la actuación. La estrella Mai Zetterling había pasado a ser directora ya en los años 60. Le siguieron Gunnel Lindblom (también ex actriz), Marianne Ahrne, Marie-Louise De Geer Bergenstråhle, Christina Olofsson, Suzanne Osten, Maj Wechselmann y otras cineastas. Como escritora, Astrid Lindgren ha sido una de las mujeres de más fuerte presencia en
el cine sueco, y gracias a ella las películas suecas para niños fueron una atracción mundial durante varios años.

La gran explosión de los medios de difusión en la segunda mitad de los años 80, cambió fundamentalmente las condiciones de la cinematografía. Hoy está integrada en los medios que la rodean, y la producción de películas se inscribe en el mercado de televisión, incluida la pagada, y del vídeo. Por la evolución de los costos en la industria cinematográfica, la mayor parte de las películas suecas actualmente se realiza en coproducción con un buen número de financieros. En tal situación, la cooperación entre los países nórdicos se ha convertido en un importante factor económico del cine sueco.


GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS

El cine sueco se ha ganado una reputación de frío, escueto y grave. Desde Sjöström y Stiller a la película para niños "Ronia, la hija del bandolero" (Ronja Rövar-dotter), han sido motivos fílmicos prominentes la naturaleza, las dificultades de la vida en común y la muerte. Han sido tan frecuentes en las cintas populares como en las grandes producciones y las obras de arte más comentadas. Pero el cine sueco no sólo es ambiente severo y melancolía. En buena parte trata del amor. ¡Basta con echar una ojeada a la lista de "películas favoritas a través de las épocas"! La hilaridad ­las comedias y farsas­ casi siempre han tenido un fiel público y asegurado la base económica de la industria cinematográfica. En tiempos de crisis han sido ante todo los géneros jocosos los que han sustentado el ramo. En los años 40, el cine sueco contaba incluso con un cómico de renombre internacional: Nils Poppe. En tiempos más recientes, el discreto cómico Lasse Åberg ha cosechado éxitos en el país (por ejemplo, con "El golfista por accidente" (Den ofrivillige golfaren, 1992), y no menos aplaudido ha sido el ídolo pop Björn Skifs (entre otras, con la comedia de "suspense" "Enredos" (Strul, 1988). Toda una lista de aclamaciones ha merecido el grupo autor de "La banda Jönsson" (Jönssonligan), desde 1981, y del colectivo cómico "Creadores de locuras y After Shave" (Galenskaparna och After Shave), por ejemplo, con Leif, 1987.

Los documentales han sido desde hace más de 80 años orgullo del cine sueco. Una larga tradición de documentar la naturaleza culminó en la década de los 50 en "La gran aventura" (Det stora äventyret), célebre cinta de Arne Sucksdorff. Esa tradición llegó a su perfección en los años 60 y 70 gracias a Jan Lindblad y sus películas sobre animales, de una exótica fascinación. A raíz del empeño político en los años 60 nacieron documentales más orienta-dos a las cuestiones sociales. En 1968, "Los inadaptados" (Dom kallar oss mods), un inaudito estudio de problemas juveniles hecho por Jan Lindqvist y Stefan Jarl, marcó un hito en la historia del cine documental sueco. Jarl continuó con la misma temática y los mismos personajes a lo largo de un proyecto sociológico de muchos años. La segunda película de la serie fue "Una vida respetable" (Ett an-ständigt liv, 1979) y la tercera, "La herencia social" (Det sociala arvet, 1993). Además de Stefan Jarl hay toda una vigorosa generación de documentalistas de crítica social. Y sus sucesores más jóvenes en el género son muy prometedores.

El cine infantil ha sido especialmente favorecido por el apoyo de la comunidad desde los años 50. También se ha convertido en insignia de la cinematografía sueca, en un comienzo gracias a Astrid Lindgren y a las cintas "Pippa" (Pippi Lång-strump), "Miguel el Travieso" (Emil i Lönneberga) y algunas más que tratan de otros héroes de los párvulos. Casi todas las versiones cinematográficas de cuentos de Astrid Lindgren han tenido buena acogida en el extranjero. Suecia también se ha considerado como precursora de un tipo de cine para niños más poético y serio, que ha merecido atención internacional desde hace tres décadas. "Hugo y Josefina" (Hugo och Josefin), de Kjell Grede, salió a la cartelera en 1967 y marcó la pauta de esa vertiente. A la misma categoría pertenece la célebre "Los hermanos Corazón de León" (Bröderna Lejonhjärta, 1977), del director Olle Hellbom, sobre una narración de Astrid Lindgren, y "Mi vida como perro" (Mitt liv som hund, 1985) de Lasse Hallström. "Bert, el último virgen" (Bert ­ den siste oskulden), del director Thomas Alfredson, se cuenta entre las cintas infantiles destacadas de realización posterior (que incluyen también atracciones para adultos de buen humor). Como el cine para niños, también el de dibujos animados experimentó un auge en Suecia, donde desde los años 70 se ha venido formando un notable grupo de dibujantes hábiles y originales. El maestro Per Åhlin (a quien se debe, entre otras películas, "El viaje a Melonia" (Resan till Melonia, 1989) y Stig Lasseby, recientemente fallecido autor de "Pedrito Sin Cola" (Pelle Svanslös, 1981), son dos de los que han hecho largometrajes, mientras que un buen número de duchos dibujantes de personalidad muy heterogénea y marcada se dedica al cortometraje. La brutalidad cada vez mayor, el desempleo, los conflictos de inmigrantes y la delincuencia juvenil han aportado en años recientes temas para películas sobre problemas sociales. Algunas de ellas aprovechan las posibilidades que ofrece el tema plasmando excesos de consumo de drogas, violencia, sangre y sexo, mientras que otros tratan de abordar el tema con matices psicológicos y claridad sociológica. En los años 70, se consideraba, sin mucha justicia, que Suecia estaba a la vanguardia del cine pornográfico. Esa reputación provenía del hecho innegable de que varios de los mayores éxitos cinematográficos en el ámbito internacional en las décadas inmediatamente anteriores, fueron de un erotismo bastante audaz. Pero el concepto de "Schwedenfilm" ("película a la sueca"), acuñado en Alemania, pronto perdió todo significado de nacionalidad. Lo que quizá se pueda decir es que el cine sueco abrió las esclusas a la pornografía de celuloide, pero no ha aportado mayor caudal a esa corriente.


PELÍCULAS FAVORITAS A TRAVÉS DE LAS ÉPOCAS

El personaje de cine sueco que ha atraído el mayor público ha sido un escanio muy metido en carnes, de sonora voz y gestos cómicos: el actor Edvard Persson (1888­1957).

En sus mejores años, antes y después de la segunda guerra mundial, sus películas registraron millones de espectadores en las salas suecas. En la posguerra, su equivalente en popularidad fue el actor John Elfström, que en 19 cintas hizo exageradas y grotescas caricaturas de campesinos en la serie Åsa-Nisse, constantemente atacada por los críticos, aunque ­al menos las primeras­ gozaron de un enorme favor del público rural.

En 1951 se estrenó el mayor éxito de la historia cinematográfica sueca hasta hoy: "Un solo verano de felicidad" (Hon dansade en sommar), de Arne Mattsson: una obra que, si bien tiene muchas cualidades, debió su fuerza de atracción principalmente a los osados desnudos de Ulla Jacobsson.

Hubo que esperar diez años hasta que a "Un solo verano de felicidad" le quitara la predilección del público otra historia fílmica, de tierno erotismo, enmarcada en la noche estival sueca. Esta vez era la pareja de Christina Schollin y Jarl Kulle la que se bañaba desnuda: con sus 2.800.000 espectadores, "¿Tú crees en ángeles?" (Änglar finns dom?) sigue registrando la cifra de público más alta de los cinematógrafos suecos. El director Lars-Magnus Lindgren logró, en 1964, un extraordinario triunfo comercial más, con los mismos actores y la misma franqueza erótica. "Adorado John" (Käre John) fue el éxito cinematográfico más rotundo de Suecia en el extranjero hasta 1967, cuando su taquilla fue triplicada por otra producción: "Soy curiosa ­ amarillo" (Jag är nyfiken ­ gul), de Vilgot Sjöman, que también traía sensacionales escenas eróticas. Ese récord lo sigue manteniendo después de 30 años.


ESTRELLAS DE FAMA INTERNACIONAL

La contribución de Suecia a la historia del cine incluye la exportación de un asombroso elenco de intérpretes, en su mayoría mujeres. La principal de ellas ha sido Greta Garbo, que tras un par de películas mudas rodadas en Suecia emigró a Hollywood acompañada de Victor Sjöström y Mauritz Stiller. La Divina se convirtió en el prototipo de la estrella a lo largo de muchos años con Ana Karenina (1927 y 1935), "Orquídeas salvajes" (A Woman of Affairs, 1929), "La reina Cristina de Suecia" (Queen Christina, 1934), "La dama de las camelias" (Camille, 1937) y Ninotchka (1939).

INGRID BERGMAN
VIVECA LINDFORS
ANITA ECKBERG

La siguiente superestrella sueca de Hollywood fue Ingrid Bergman. Se la llevaron en 1939 para que actuara con Leslie Howard en la versión estadounidense de la renombrada película sueca Intermezzo, y hasta su muerte fue objeto de la admiración internacional. En Hollywood actuó con Humphrey Bogart en Casablanca, con Gary Cooper en "Por quién doblan las campanas" (For Whom the Bell Tolls), con Charles Boyer en "Luz que agoniza" (Gaslight), con Bing Crosby en "Las campanas de Santa María" (The Bells of St. Mary) y con Gregory Peck en "Recuerda" (Spellbound). Después de Ingrid Bergman cogieron rumbo de EE.UU., entre otras, Signe Hasso, Marta Toren, Viveca Lindfors, Mai Zetterling y Anita Ekberg, para convertirse allá en estrellas más o menos luminosas, de esplendor más o menos duradero. Posteriormente, también Lena Olin se trasladó a Norteamérica, lo mismo que Pernilla August. Durante el nazismo, las actrices suecas Zarah Leander y Kristina Söderbaum llegaron a ser grandes divas del cine alemán. Algunas intérpretes prominentes de Suecia alcanzaron reputación mundial en los años 50 y 60, gracias a su actuación en películas de Ingmar Bergman. Entre ellas se cuentan Bibi Andersson, Harriet Andersson, Eva Dahlbeck, Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom y Liv Ullman (nacida en Noruega).


Harriet Andersson , Bibi Andersson , Gunnel Lindblom en The Girls

Liv Ullman

Todas ellas han sido contratadas en la industria cinematográfica internacional. De los actores de Bergman fue Max von Sydow el que logró llegar a ser una estrella internacional.

Max von Sydow
Erland Josephson
Dolph Lundgren

En la producción norteamericana ha encarnado los más variados personajes, desde el Jesús de "La historia más grande jamás contada" (The Greatest Story Ever Told) hasta toda suerte de seres demoníacos de películas de terror y de misterio. Otros caras suecas que han conquistado celebridad en Hollywood desde 1970 ­algunas relacionadas con el cine de Ingmar Bergman­ han sido Erland Josephson, Peter Stormare, Stellan Skarsgård, Bo Svensson y Dolph Lundgren.


INGMAR BERGMAN


El director Ingmar Bergman es la mayor celebridad que ha tenido el cine sueco en toda su historia, y también el más reputado director de teatro del país. Al comienzo de su carrera tropezó con una fuerte resistencia de los productores y la crítica, pero desde el éxito mundial de "Sonrisas de una noche de verano" (Sommarnattens leende, 1955) ha sido el centro de una permanente atención internacional. Algunas de sus cintas más comentadas son: "Prisión" (Fängelse, 1949), "Un verano con Mónica" (Sommaren med Monika, 1953), "El séptimo sello" (Det sjunde inseglet, 1956), "Fresas salvajes" (Smultronstället, 1957), "El silencio" (Tystnaden, 1963), Persona (1966) y "Gritos y susurros" (Viskningar och rop, 1973). El mismo Bergman asegura que "Fanny y Alexander" (Fanny och Alexander, 1982) es su última película, lo cual no le ha impedido escribir posteriormente guiones para otros directores.


LA REFORMA CINEMATOGRÁFICA


En 1963 se llevó a cabo la reforma cinematográfica sueca: un ingenioso plan del político cultural socialdemócrata Harry Schein. Mediante un acuerdo entre el Estado sueco y la industria cinematográfica se abolió el impuesto del 25% sobre diversiones que pesaba sobre las entradas de cine. En compensación, los propietarios de salas de proyección se comprometieron a abonar el 10% de la taquilla al Instituto de Cinematografía de Suecia (Svenska Filminstitutet), una fundación que se acababa de crear. La mayor parte de esos ingresos se destinó al fomento de la producción cinematográfica de calidad en Suecia. La clave de ese sistema era que también el producto de cintas extranjeras subvencionara la cinematografía sueca. La eficacia que en un comienzo tuvo la reforma cinematográfica ha mermado paralelamente a la concurrencia de espectadores al cine. El convenio se ha ajustado, complementado y ampliado en varias ocasiones. A las partes originales se han sumado el ramo de vídeo y las empresas de televisión suecas. Las subvenciones anticipadas a la "producción sueca de películas valiosas" son distribuidas por algunos asesores de cine que asumen una gran responsabilidad personal. Además de su actividad de fomento, el Instituto de Cinematografía ejecuta muchas labores de cultura cinematográfica de otra índole (biblioteca, archivo, cinemateca, restauración de películas, etc.). Para esos cometidos recibe asignaciones especiales del Estado. El Instituto tiene su sede en la Casa del Cine (Filmhuset) de Estocolmo, donde están instaladas, además, la facultad de cinematografía de la Universidad de Estocolmo y el Instituto de artes dramáticas (Dramatiska Institutet): las dos entidades suecas más importantes en la investigación teórica y la formación práctica, respectivamente, en el campo de la cinematografía.

OSCARES SUECOS


El prestigioso "Oscar", o Academy Award de la Academia de Cine de EE.UU., ha sido otorgado a los siguientes cineastas y películas suecas:


1944: Ingrid Bergman ­el mejor papel principal femenino en "Luz que agoniza"(Gaslight)
1948: "El ritmo de una ciudad" (Människor i stad) ­el mejor cortometraje documental (director: Arne Sucksdorff)
1951: Kon-Tiki ­el mejor documental (productor: Olle Nordemar)
1954: Greta Garbo ­Special Award
1956: Ingrid Bergman ­el mejor papel femenino en Anastasia
1960: "El manantial de la doncella" (Jungfrukällan) ­la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1961: "Como en un espejo" (Såsom i en spegel) ­la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1970: Ingmar Bergman ­Irving G Thalberg Memorial Award
1973: Sven Nykvist ­la mejor fotografía, en "Gritos y susurros" (Viskningar och rop)
1974: Ingrid Bergman ­el mejor papel secundario femenino, en "Crimen en el Orient Express" (Murder on the Orient Express)
1983: Anna Asp ­la mejor decoración, en "Fanny y Alexander" (Fanny och Alexander)
1983: "Fanny y Alexander" ­la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1983: Marik Vos ­el mejor vestuario, en "Fanny y Alexander"
1983: Sven Nykvist ­la mejor fotografía, en "Fanny y Alexander"
1988: "Pelle, el conquistador" (Pelle Erövraren) ­la mejor película extranjera (dirección: Bille August)
1995: Per Hallberg ­los mejores efectos sonoros, en Braveheart.

CENSURA DE CINE


Suecia tiene la censura de cine más antigua que aún ejerce sus funciones. La autoridad de censura, la Oficina estatal de inspección de cinematógrafos (Statens Biografbyrå), se instauró en 1911 a petición de los opositores del cine y del ramo cinematográfico. En general ha reinado la armonía entre el ramo y la censura. En tiempo de paz, las intervenciones y prohibiciones de la censura sólo pueden justificarse por razones de higiene mental. Su principal tarea ha sido evitar que los menores sufran daños psíquicos por el cine. Los censores pueden permitir una película para todas las edades o establecer para ella una edad mínima de 7, 11 ó 15 años, según el caso. También pueden adoptar la decisión de cortar partes de una cinta o simplemente prohibirla. En algunos casos, las medidas aplicadas ­u omitidas­ por la censura han suscitado agitados debates, como ocurrió, por ejemplo, con la prohibición de 491 de Vilgot Sjöman y la aprobación de "El silencio" de Ingmar Bergman el mismo año. En varias ocasiones, la justificación de la censura cinematográfica ha sido cuestionada por críticos y políticos. Pero hasta ahora han fracasado todos los intentos de abolirla, principalmente debido a que el ramo no sabe a ciencia cierta qué consecuencias traería tal decisión.


COMPAÑÍAS PRODUCTORAS


AB Svensk Filmindustri (SF) ha sido, a lo largo de más de 75 años, la mayor sociedad cinematográfica del país. Fue fundada en diciembre de 1919 por fusión de las dos principales compañías del ramo que existían: Svenska Bio y Skandia. De esa forma, la SF ha quedado asociada con todos los grandes clásicos del cine mudo. Desde la década de los 20, la SF se ha mantenido como productora más activa y propietaria de la mayor cadena de cines de Suecia. En 1948 se llevó a cabo otra fusión de gran magnitud: a la SF se incorporó AB Europa Film, otra empresa importante de vieja tradición. Ya desde comienzos de los años 30, la AB Europa Film había sido una de las principales del país, como propietaria de cinematógrafos y como productora. Desde comienzos de los 80, el consorcio Bonnier ­una de las mayores empresas de medios de difusión de Suecia­ es copropietaria de la SF. Ésta participa activamente en casi todos los sectores de medios y desarrolla actividades también en el extranjero. En los últimos años, la SF ha producido, entre otras cintas, Hamsun de Jan Troell y "Adán y Eva" (Adam & Eva), una celebrada comedia de Måns Herngren y Hannes Holm. La Sandrew Film AB tuvo su origen a fines de la década de los 20. El comerciante en ultramarinos Anders Sandrew, fundador de la empresa, empezó por abrir una cadena de salas de proyección en Estocolmo. En la década de los 40, la sociedad se convirtió en una importante compañía productora. Como empresario constructor de cinematógrafos, Sandrew Film AB ha sido un pionero también en años más recientes: tiene varios teatros en Estocolmo y además, intereses en el mercado de cine, televisión y vídeo de los países vecinos. Sandrew Film AB produjo hace poco la cinta Alfred, de Vilgot Sjöman, que trata del inventor Nobel, y también es uno de los principales productores de "El oratorio de Navidad" (Juloratoriet), de Kjell-Åke Andersson, obra basada en la novela de Göran Tunström. Sveriges Television, SVT, es un factor importante en la vida cinematográfica de Suecia. No sólo produce películas propias para distribución en cines y para la "pantalla pequeña", sino que también participa como coproductora en muchas de las cintas realizadas. La principal sección productora de películas de SVT es SVT Drama. Recientemente fue, por ejemplo, la principal productora de Jerusalem, de Bille August, y de "El oratorio de Navidad" de Kjell-Åke Andersson.


FESTIVALES


Anualmente se celebran en Suecia unos diez festivales de cine de diversa índole. Los dos más importantes son los internacionales de Gotemburgo, en febrero, y de Estocolmo, en noviembre. En el festival de cine de Umeå, en septiembre, se proyectan principalmente documentales; en el de Uppsala, en octubre, cortometrajes. BUFF son las siglas de un festival de cine para niños y adolescentes.

* Autor:Leif Furhammar- Es cineasta, productor de televisión,crítico cultural del diario
DagensNyheter y profesor de cienciascinematográficas. Ha publicadounos diez libros, principalmentesobre cine, entre los que destacala obra Filmen i Sverige (1991).El autor es el único responsablede las opiniones expresadas enesta hoja de información.Traducción: Álvaro Eljach

 

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CINE SUECO ACTUAL

Rob Hincks

Bergman murió en 2007. El 14 de julio de 2008 hubiera celebrado sus 90 años. Mucho ha cambiado desde que Bergman llevó la angustia humana al cine.

Antes, el cine sueco podría definirse como un objeto de culto internacional a un sólo hombre; hoy, el cine sueco es mucho más sueco. Ha entrado en la escena, una serie de cineastas jóvenes ambiciosos, con ánimo de experimentar nuevas técnicas fílmicas. Y les apasiona contar sus propias historias: reflexiones personales del paisaje interior de Suecia.

Los corazones valientes de Suecia

Ruben Östlund, cuya película Involuntarios recientemente se proyectó en el festival de Cannes, dice: “Últimamente, la industria cinematográfica sueca tiene una gran confianza en si misma. Durante mucho tiempo tratamos de copiar la fructífera fórmula danesa, pero es un error pensar que podemos rehacer algo que otros logran con éxito. Los cineastas suecos de hoy son un poco más progresistas, dan nuevos y más valientes pasos”

El ser valiente, es algo que Östlund conoce muy bien. Empezó su carrera como director de películas sobre el esquí, filmando situaciones tal como ocurrían, sin guión. Entre sus obras, se incluyen el cortometraje de nueve minutos “Escena autobiográfica 6882”, sobre un hombre que salta al mar desde un puente; la película inconexa de estilo documental “Guitar Mongoloid”, de 2005, que trata de un grupo, al parecer escogido al azar, de inadaptados y su colaboración en la producción de “Un estudio extraordinario acerca de la degradación humana”, una historia de 83 minutos sobre un hombre que lucha contra la depresión después de separarse de su compañera, filmada en su totalidad con la cámara de un teléfono celular.

“Quiero que mi público se sienta inquieto e inseguro –dice Östlund–. Hay tantas películas basadas en el modelo de Hollywood. Son predecibles. A mi me aburre esa clase de cine.”

“Creo que ahora estamos en el mejor momento para el cine. La industria cinematográfica enfrenta una crisis ya que menos gente va cine en estos días. Pero los cineastas sólo necesitan cambiar la forma de dirigirse a la gente. Lo más interesante hoy es lo que uno encuentra en YouTube. El reto consiste en hacer cine interesante que llegue a la gente a muchos niveles; en desarrollar cada quien su propio estilo.”

Cineastas independientes

A Josef Fares, uno de los directores suecos de mayor éxito en la década pasada, no le ha preocupado encontrar su propio estilo. Dice al respecto: “Cuando hago una película, parto directamente de mis ideas y sentimientos en el trabajo. Raras veces pienso en lo que mis películas tienen en común.”

Nació en Líbano en 1977 y a los diez años, Fares se mudó a Suecia. Reconoce que siente “mucha curiosidad por las debilidades y los defectos de la gente”, pero eso sería lo único que pudiera verse como denominador común entre sus películas que comprenden desde la comedia romántica (¡Yal-la, yal-la) y farsa policiaca (Kopps) hasta drama conmovedor (Zozo) y una sombría realidad violenta (Leo).

“Yo realmente intento encontrar mi voz como director –comenta Fares–. Por eso, me oriento hacia diferentes géneros y estilos. De esa forma, puedo aprender más sobre aquello con lo que me relaciono y lo que mejor se adapta a mí.”

Nueva orientación

Östlund y Fares, comparten junto con un sinnúmero de directores jóvenes en Suecia, la convicción de que el cine sueco está entrando en otra edad de oro. “Con las nuevas técnicas cinematográficas, cualquiera que tenga un deseo ferviente de contar su historia puede hacerlo”, dice Fares.

Y no sólo es la nueva guardia la que tiene fe en el cine sueco actual. Colin Nutley lleva más de treinta años haciendo películas en Suecia. Como inglés en el extranjero, Nutley ha demostrado un talento innato para acercarse al espíritu sueco, produciendo películas, que según muchos, son las más típicamente suecas.

“Los cineastas de hoy están expuestos a muchísimas más influencias que hace veinte años. Las nuevas técnicas realmente ofrecen muchas más posibilidades de hacer cine”, dice Nutley.

Volver al futuro

A pesar de los aspectos favorables, inevitablemente sigue presente la cuestión de Bergman. Östlund, Fares y sus contemporáneos, si bien tienen un talento irrefutable, siguen cargando con una herencia difícil de administrar. “Bergman era un genio –dice Nutley–. Pero también dejaba, y deja todavía, su sombra sobre la industria cinematográfica sueca.”

Fares confirma: “Bergman es tan aclamado por los críticos que al cine sueco actual le resulta difícil estar a la altura de esa apreciación.”

La mayor parte de los cineastas modernos niegan categóricamente toda influencia de Bergman en sus películas. Dice Östlund: “Soy demasiado nuevo en el mundo del cine para hablar de Bergman. No tengo ninguna relación con él ni influencia de él.” También manifiestan cierta renuencia a elogiar la obra de Bergman. En palabras de Fares: “Es injusto comparar a los cineastas actuales con Bergman. Cada quien tiene su propia historia.”

En el nuevo mundo feliz del cine sueco, Bergman, con toda su obsesiva investigación del ser humano, se encuentra presente entre bastidores.

Fuentes:
www.estocolmo.s
www.milenio.com
(Las imágenes fueron agregadas por Revista de Artes.)

 

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