Quien camine por París y llegue a la esquina de la calles de Babylone y Monsieur, si se fija con cuidado podrá encontrar un cartel casi escondido en medio de las ramas, que señala la entrada a un cine de arte con una historia muy interesante.
El atractivo no solo está en el edificio, sino en el jardín que lo rodea, pleno de encanto y misterio.
Este lugar insólito fue construido por el arquitecto Alexandre Marcel a pedido del acaudalado director del gran almacén Le Bon Marché que quería regalar a su mujer un salón de baile en un pabellón japonés. Su generosidad, sin embargo, no impidió que su mujer lo abandonara al poco tiempo de finalizada la construcción. Fue inaugurado en 1896 y hasta 1928, fue sala de baile y lugar de recepciones.
Sin embargo, y aquí viene lo mejor, en 1931 La Pagode fue transformada en cine y su historia se hizo más interesante y agitada. El edificio y jardín fueron fue declarados monumento histórico y salvados de la demoloción. Se ha convertido en centro célebre entre los cinéfilos por una programación de gran calidad, el sitio se instaló entre las instituciones del arte y ensayo parisino con estrenos tan impresionantes como El Testamento de Orfeo de Jean Cocteau (1959), películas de Eisenstein, François Truffaut, Éric Rohmer, Jacques Rozier, Bergman y otros. Se creó la palabra "pagoder" para los habitués del lugar.
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