Arte urbano
Los muros expresivos de Nikita Nomerz
Con una buena dosis de ingenio y color se puede transformar un aburrido ambiente urbanístico en una verdadera obra de arte. Así, el artista ruso Nikita Nomerz -iniciado en el graffiti clásico de hip hop- se dedicó a devolver a la vida estructuras abandonadas, humanizándolas con ojos, bocas, sonrisas y gestos en la ciudad rusa de Nizhni Nóvgorod. Ha vitalizado diversas construcciones, desde torres de agua que se están riendo hasta edificios destartalados que trocan ventanas rotas por ojos. Su obra, ingeniosa y plena de gracia, goza de reconocimiento y está considerada por muchos como una manera de alegrar la imagen de algunas de las áreas más deprimidas: las zonas periféricas con grises edificios e instalaciones industriales abandonadas. La popularidad de Nikita se ha extendido pronto por el resto del país y ya ha empezado incluso a traspasar las fronteras de Rusia.
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