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Revista de ArteS
Buenos Aires - Argentina
Edición Nº 32
Mayo / Junio 2012

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LUGARES DE COLECCION

El palacio soñado que construyó el cartero Cheval

Todo empezó con una linda piedrita...

 

 

 

 

 

 

 

Ferdinand Cheval  era cartero de la villa de Hauterives, en el departamento de Drôme, en el sur de
Francia, donde además se le tenía por el “tonto del pueblo”. Todos los días, lloviera o hiciese sol,
Cheval realizaba la misma ruta a pie, recorriendo en solitario e inmerso en sus pensamientos, los
32 kilómetros de la zona de reparto que le había sido asignada.

Él mismo contaba que en una de sus expediciones encontró una piedra cuya forma le inspiró el
palacio; a partir de ese día se dedicó a recoger cuantas piedras encontraba mientras realizaba
las entregas. Primero las guardaba en los bolsillos, luego en una cesta, y al final las transportaba
en una carretilla.

Inició la construcción de su “palacio ideal” en abril de 1879; levantar los muros exteriores le ocupó
las dos siguientes décadas y el resto de las obras trece años más. Cuando las autoridades, como
le sucedió a Raymond Isidore, le negaron la posibilidad de ser enterrado en ella – por entonces ya
era un anciano de setenta y ocho años- , adquirió un terreno en el cementerio y dedicó los siguientes
ocho años de su vida a construir su propio mausoleo, obra que finalizó veinte meses antes de que le
llegara la muerte (en 1924, a los ochenta y ocho años).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Palacio Ideal de Cheval es una estructura de 12 por 26 metros y 14 de altura. Los muros exteriores
reflejan, en una abigarrada maraña, distintos tipos de edificios y estilos arquitectónicos, muchos de los cuales, según su autor, correspondían a visiones que formaban parte de sus fantasías infantiles. Los materiales empleados fueron piedras de forma curiosa, fósiles y arena, amalgamados con ayuda de cemento.

La construcción recuerda, en cierto modo, a los castillos de playa realizados con arena húmeda, un
estilo que se parece bastante a lo que Gaudí aplicaría después en la fachada principal de la Sagrada
Familia.
La decoración interior está formada por esculturas de personajes tan diversos como Adán y Eva,
Vercingetorix o Arquímedes, y por sentencias compuestas por Cheval y esculpidas en las paredes,
casi siempre relacionadas con su proceso de creación:

1879-1912. 10000 días, 93000 horas, 33 años de sacrificios. Si hay alguien másobstinado que yo, que se ponga a trabajar”.

En el lado este, la fachada principal está presidida por tres gigantescas figuras antropomorfas de
piedra; junto a ellas hay una especie de construcción de aspecto egipcio. En el lado noreste se alza
una gran torre rectangular, mientras que la fachada oeste está decorada con una serie de
reproducciones en miniatura de construcciones diversas: un templo hindú, un chalet suizo, la
Maison Carrée de Argel, un castillo medieval y una mezquita musulmana, sobre cuyo pórtico se lee:

Entrada al palacio imaginario”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cheval nunca se alejó más de 50 kilómetros del pueblo, así que es posible que se inspirara en
en postales de la época, quizá las mismas que repartía como cartero, para elegir los motivos. El interior
está decorado con esculturas, relieves y sus propios poemas grabados en los muros.
La construcción fue declarada monumento histórico en 1969, por el entonces ministro de Cultura francés,
el escritor André Malraux. Entre los ilustres visitantes que recibió se cuentan Breton, el grupo de los
surrealistas y Dubuffet.

Fuente:
“Guía de arquitectura insólita”, de Natalia Tubau 
tejiendoelmundo.wordpress.com

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