"Batalla de Marengo" (1802), de Louis-François Lejeune (1775 -1848)
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La batalla de Marengo se libró el 14 de junio de 1800 durante la segunda campaña de Italia durante la guerra de la segunda coalición, entre las tropas francesas del ejército de reserva, liderado por el primer cónsul Napoleón Bonaparte y el ejército austríaco que comandaba el general Michael von Melas. Marengo es un pueblo del Piamonte italiano. La batalla se libró al este del río Bormida, cerca de la actual Spinetta Marengo, en el territorio de Fraschetta.
La contienda comenzó temprano en la mañana, cuando los austríacos atacaron por sorpresa, poniendo en serios problemas a Bonaparte. Las tropas francesas, tras una feroz resistencia, parecían condenada a la derrota, sin embargo por la tarde –cuando ya parecía todo perdido- las tropas de refuerzo dirigidas por el general Louis Desaix permitieron a Bonaparte derrotar al enemigo. Al final del día, el primer cónsul había entrado en la batalla con una gran victoria y el ejército austríaco se dirigía hacia el oeste de la Bormida; al día siguiente el general von Melas pidió un armisticio.
En la fase culminante de la batalla el general Desaix fue herido de muerte. La batalla se convirtió rápidamente en uno de los eventos más importantes de la leyenda napoleónica y tuvo una influencia decisiva. Desde el punto de vista militar, la restauración de la dominación francesa en Italia; y desde el punto de vista político, la consolidación definitiva del prestigio y el poder del primer cónsul Bonaparte Francia.
Sin embargo… eso no fue todo lo que recordamos de la historia. Tanto en la gastronomía como en la música hay obras que recuerdan la famosa batalla.
La batalla de Marengo en la cocina
El Pollo Marengo es fruto de la improvisación. Vino al mundo el 14 de junio de 1800, entre el fragor de las batallas que libraron austriacos y franceses en los alrededores de Marengo, pueblecito del Piamonte italiano. Mandaba las tropas austriacas el Barón de Melas y las francesas Napoleón Bonaparte. Eran las dos de la tarde y los franceses ya habían perdido dos batallas, tras luchar desde las ocho de la mañana. El general Desaix propuso a Napoleón una tercera. "Allá usted", contestó éste, "yo, por mi parte, me voy a comer".
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Cabe acotar que Napoleón era un hombre tosco y vulgar con la comida, sus cocineros debían estar preparados a cualquier hora del día o de la noche para servirle inmediatamente. No perdía mucho tiempo comiendo, en apenas diez minutos devoraba todos los platos que le presentaban. No era nada gourmet y aunque estuviera rodeado de grandes cocineros (Laguipiére, maestro del gran Caréme) y otros, prefería los macarrones con queso antes que cualquier delicia culinaria.Ignoraba la existencia de los cubiertos, le gustaba comer con las manos y picotear por todos los platos que le servían. No era extraño que se tuviera que cambiar de ropa después de comer. Su cocinero preparaba sopas, lentejas (su legumbre preferida), y otros muchos platos y el metía literalmente la mano y se los zampaba sin ningún pudor. Le gustaban los guisos de carne, los asados, sus preferidos eran el Ragú de cordero y la Morcilla a la Richelie, una morcilla con compota de manzanas y canela… Bebía el vino de Borgoña con agua y le encantaban los quesos.
Pero, volviendo al día de la Batalla de Marengo, el cocinero Dunand se las ingenió para satisfacer el impaciente apetito de su amo. Los austriacos habían interceptado el suministro y en las cocinas francesas no quedaba ni mantequilla. decidió enviar a varios soldados para que buscaran por los alrededores cualquier clase de alimento. Volvieron con pollos, ajos, tomates, cebollas, aceite, huevos y cangrejos. Mientras el general Desaix volvía victorioso de la tercera batalla, Dunand triunfaba también en la cocina, preparando los pollos con los ingredientes que le habían aportado y agregándoles coñac mezclado con agua. No le fue difícil encontrar un nombre para el nuevo plato: Pollo Marengo. La victoria de Marengo supondría para Napoleón el camino hacia la dignidad imperial y para el pollo, un alto rango en la historia de la cocina. La receta original ha sufrido algunas variaciones: el coñac se ha sustituido por vino.
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Ingredientes para Pollo a la Marengo
1 pollo cortado en trozos
500 gr. de tomates picaditos
100 gr. de cebollitas
200 gr. de champiñones
1 limón
4 rebanadas de pan común o francés
4 huevos
1 cda. de perejil picado
1 cda/ de albahaca picada
1 vaso de vino blanco
2 dientes de ajo
harina
aceite de oliva
sal y pimienta
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Limpiar el pollo y cortarlo en trozos y pasarlos por harina.
En una sartén bastante grande calentar 1/2 vaso de aceite de oliva, colocar los trozos de pollo y dejarlos dorar bien. Salpimientar y seguir cocinando a fuego bajo.
A media cocción, trasladar el aceite a otra sartén. Al pollo añadirle los tomates pelados y picados, el ajo machacado, la albahaca, las cebollitas y el vino.
Tapar la sartén. En la otra sartén donde está el aceite, freír primero las rebanadas de pan y después, siempre en el mismo aceite, los huevos.
Regar el pollo con el zumo de limón, espolvorear con el perejil picado, revolver, rectificar de sal.
Disponerlo en una fuente junto a las rebanadas de pan y los huevos fritos.
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La batalla de Marengo en la música
La Marcha de la Guardia Consular de Marengo fue compuesta probablemente la misma tarde de la Batalla de Marengo.