Oleg Duryagin, tal su verdadero apellido, nació en 1983. En los medios artísticos se le conoce por su apodo, Dou.Pasó bastante tiempo entre artistas, aunque no estuviera especialmente interesado en sus actividades, ya que su madre se dedicaba a la pintura. Sintió el impulso artístico y la creación algún tiempo más tarde, cuando estaba trabajando como diseñador web, lo que le empujó a estudiar en seriamente diseño, en el Moscow State Institute of Steel and Alloys (2001-2006).
Realizó su primera exposición individual en la galería Le Simoun de Paris, a los 23 años.
En 2007 fue galardonado con el International Photography Awards y el International Color Awards, que le deparó la atención de la comunidad artística internacional. Desde entonces, su obra ha sido incluida en numerosas exposiciones colectivas en distintos centros en Europa y Norteamérica y reproducida en numerosas publicaciones y está considerado uno de los fotógrafos más prometedores de la época.
Dou explora en sus obras la frontera entre dibujo y fotografía, maestro del retoque digital, obliga al espectador a mirar más allá de la piel suavemente pulida de sus modelos.
En sus fotografías utiliza la técnica Diasec, un método especial de revelado sobre acrílico y dibond, uniéndolos con un pegamento líquido, como si la imagen estuviera dentro de un sándwich entre materiales. Se van agregando distintas capas hasta crear este efecto “hiperrealista“.
Busca mostrar lo condicionados que estamos frente a una sociedad que nos restringe y nos marca nuestra forma de ser, sobre todo en los cánones de belleza.
Dou selecciona a sus modelos fotográficos mediante un riguroso casting y luego de cada sesión fotográfica retoca las imágenes hasta lograr visualizar la esencia del ser humano. Esas sesiones duran menos de una hora -a veces tan solo unos minutos- y dan paso, después, al retoque de las imágenes durante un par de semanas o varios meses.
Su trabajo es de una belleza sin igual. Se centra en el retoque digital del rostro humano, en sus retratos podemos ver una mezcla de humanos con androides, y como resultado da una similitud a caras de porcelanas.
“Siento que mi trabajo se basa en la comunicación con el espectador, hay una poderosa conexión a través de la cual intento buscar la pureza del ser humano. Por eso mi material favorito es el rostro de la gente”.
Dice Oleg: “Utilizo la naturaleza artificial de la fotografía digital como instrumento para reflexionar sobre las contraposiciones entre vivo y muerto, atractivo e inquietante, hermoso y feo”.
Sus series fotográficas nos muestran siempre retratos de seres que parecen de porcelana, inertes, casi desprovistos de humanidad y más cercanos a un ciborg que a una persona.
Sus obras bien podrían asemejarse a un maniquí o a una escultura hiperfuturista. Con ellos, el artista confiesa que persigue la pureza del ser humano y la belleza, dentro de los límites de la vida y la muerte, de lo vivo y lo inanimado.
Tears, por ejemplo en las que las lágrimas –o su ausencia- dota de una sutil infelicidad a los protagonistas de los retratos. O el proyecto Another Face, que hibrida la fotografía y el dibujo para mostrarnos rostros que bien pudieran ser aterradores payasos de porcelana.
El propio autor nos explica el significado de su proyecto “Naked Faces”: “Este proyecto es una protesta que nos debe enseñar que una persona debe seguir siendo ella misma y la sociedad debe percibirla tal como es. Los sujetos de mi obra carecen de individualidad: se han eliminado sus cejas y pestañas, la piel se ha suavizado.
Siempre estoy intentando hacer que los observadores no sean indiferentes a mis fotografñias, pero eso no significa que las emociones deban ser positivas, puedes expresar alarma o miedo”
Oleg Dou empezó a trabajar con una Canon 350D, aunque ahora lo hace con una Canon 5D. Suele iluminar con una única fuente de luz y un reflector, ocasionalmente usa dos fuentes de luz con alto nivel de contraste entre ellas.
Admirador de los grandes clásicos de la pintura, "pero sobre todo de Francis Bacon", busca un resultado que oscile "entre lo hermoso y lo repulsivo". Se esmera en la perfección del color y la luz para luego corromper la belleza con expresiones o accesorios extraños.
“El mundo que me rodea me inspira en todos los sentidos al momento de hacer retratos con aspecto de muñecas de porcelana que parecen no tener emociones”.
"La creación me produce un enorme placer, tomé conciencia del hecho de que la fotografía es algo que siempre había querido hacer. Soy terco, ambicioso y optimista por naturaleza, me gusta ser diferente, y mi trabajo, espero, refleja estas características de mi personalidad."
Sitio oficial del artista:
Fuentes:
culturacolectiva.com
www.cadadiaunfotografo.com
www.haciendofoco.com
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