AL COMPAS DE "LAS TRABADAS"
Las modas siempre vienen -y vinieron en tiempos idos- de París, la ciudad que aturde a las mujeres con sus perfumes, con sus diseños y con sus luces.
La revista-periódico PBT, en 1910, destinaba dos páginas a las trabadas, con nueve grabados en total, y entre otras cosas decía: "Las tendencias de la nueva moda se acentúan, siendo la estrechez excesiva de las polleras lo que caracteriza sobre todo las creaciones de los grandes modistos de París. Tal es la estrechez que, las que se sujetan estrictamente a la moda apenas pueden caminar, sentarse, subir una escalera o subir al coche. La pollera de moda no mide más que un metro de ruedo."
Ya que nos hemos referido a las trabadas incursionaremos un poco en el tema mujer-tango. Y partimos de una base: sobre la mujer se han escrito tanto las páginas bellas como las más horribles y negativas. Pablo Mantegazza, en "Así son las mujeres" habla extensamente sobre lo bueno y lo malo de la mujer. Y trae citas de autores célebres, desde Diógenes, que afirmaba: "El hombre no puede poseer nada mejor que una buena mujer ni nada peor que una mujer perversa", hasta Balzac que decía: "Ellas saben llorar admirablemente. Ellas lloran cuando quieren, como quieren y cuanto quieren."
|
Tango - Frantisek Kupka, 1909 |
Los letristas de tango también han dicho cosas buenas, y cosas malas acerca de la mujer. Para el tango Cuánta angustia, de Julián Plaza, Manolo Barros escribió:
¡Cuántas veces por vos
he llegado a mentir
en el nombre de Dios!
No te quedes un minuto más
que mi vida ya no tiene paz ...
Está presente el hombre que quiere, que se reprocha haber mentido por ella en el nombre de Dios y que le pide que se aleje porque no tiene paz. Pero al final la debilidad se impone en el personaje, que dice:
Pero al verte partir
con horror te abracé
por temor a morir.
Así se completa un triángulo sentimental que se perfila repetidamente en las letras de tango: amor-deslealtad-perdón. El hombre que quiere, la mujer que no es derecha o que no satisface completamente al varón por motivos diferentes, el miedo a perderla, etc., son enfoques muy frecuentes. Por ejemplo, Abel Aznar para el tango Vos hacés lo que querés, de Alfredo Calabró escribió:
Hasta ahora yo he vivido amargamente mi existencia
sometido a tus caprichos, y a tu forma de pensar
con los labios apretados, por decoro o por decencia
hasta ahora no hice nada, nada más que soportar!
¿Te parece que esta vida es la vida de un humano?
¿Que no tengo sentimientos, que no tengo corazón?
Lo que juras con tu boca me lo arrancas con tu mano
y me hundes en la angustia y en la desesperación.
Salta a la vista que la mujer a que se refiere esta letra de tango deja mucho que desear, aunque la perdone el hombre que la ama y que al final grita desesperado:
¡Yo te juro que no entiendo qué cariño me tenés
si después de darme un beso te hace daño mi presencia!
si aunque digas lo que digas ...
vos hacés lo que querés!
|
The blue ribbon - Frantisek Kupka |
Pero también existe entre ese inmenso bosque de letras donde juegan el amor, la incomprensión, el engaño y el infaltable perdón, otras letras en las cuales el amor saludable y valioso juega el principal papel. De Armando Cupo y Mario Soto es el tango Una vida más. Vale la pena subrayar algunos de los mensajes de este tango que se compuso, se estrenó y pasó ...
Ansiedad de saber que vendrá
a endulzar nuestro hogar
el tesoro de un hijo!
Que ha de ser en nuestras vidas
la esperanza más querida.
Luego se dirige a su esposa para decirle:
Angel que, desde el cielo
Llega para los dos!
Por lo mucho que te quiero...
adorandote lo espero.
Hoy te siento más cerca de mí
y quisiera feliz
levantarte en mis brazos.
En verdad, es éste un tema tanguístico poco usual y que merece ser repetido y ampliado para bien de la música popular rioplatense y de forma de ir borrando esa otra Imagen que, de algún modo, quiere castigar o ensombrecer al tango.
Podríamos citar muchas letras (no está en nuestros propósitos el hacerlo) en las cuales, por ejemplo, el tema central es la madre. Manuel Molina Álvarez puso letra a un tango de Agustín Rolfo titulado Madre querida. En su parte inicial dice así:
Yo tengo la madre más buena y querida
por eso con ella quisiera rogar
por todas aquellas que mueren en vida
pues hasta los hijos las hacen penar ...
ALGUNOS NOMBRES...
Permítansenos unos pasos más en el tema referente al binomio mujer-tango. Los nombres que primero se anidaron en el dos por cuatro fueron aquellos de las dueñas de las famosas casas de entretenimiento, diversión y baile: María la Vasca, la Vieja Eustaquia, la Parda Adelina, la Morocha Lara Concepción Amaya (Mamita) y muchas más. No cabe duda, asimismo, que los nombres de tonadilleras como Inés Berutti, Teresita Zazá y la ascendente figura internacional y de todos los tiempos Lola Membrives le dieron la mano al tango en su crecimiento saludable.
En tangos de la primera época aparecen nombres de mujeres que fueron objeto de dedicatorias y que, por tal razón, forman parte vital de esta música, ya que fueron motivo de inspiración, en unos casos, y destinatarios amables, en otros. En este aspecto, figuran nombres como los de Hortensia A. de Vidal, a quien el alemán Arturo Herman Berstein le dedicó el tango La Gaita, en tiempos en que José V. Balerio editaba partituras en la calle Salguero 1175; Pepita Avellaneda, Flora Hortensia Gobbi y, coronando un ramillete de nombres femeninos, Rosa Rodríguez Quiroga -conocida por todos los amigos del tango con el nombre de Rosita Quiroga- se suman al inventario. Rosita Quiroga fue bandoneonista de primera agua (discípula de Arolas) y a ella nos hemos referido en los comentarios referentes al fin del siglo pasado.
En cuanto a Pepita Avellaneda, cuyo nombre de pila era Josefa Calatti, merece un párrafo aparte. Vino al mundo posiblemente en 1884 -como ya lo dijimos-, y se nos fue no hace mucho tiempo, en 1951. Se inició como coplera en el Teatro San Felipe, de Montevideo, también cuna de tangos. Llegó a Buenos Aires en pleno florecer de la música a la cual dedicó su gracia, su coraje y su pasión. Los tangos que surgieron de la inspiración de Villoldo, de Gobbi, de Saborido y de otros creadores de la Guardia Vieja encontraron en Pepita Avellaneda la expresión oral que resonó desde el Bajo hasta el Cosmopolita, desde el viejo Casino hasta el Armenonville, desde el Teatro Alcázar hasta el Palais de Glace...
Tras Pepita Avellaneda tenemos que citar, entre otras polleras que se anidaron en el tango, a Linda Thelma (Ermelinda Spinelli), como dijimos oportunamente nacida en 1884.
Fuente:
SOBRINO, Constantino: Manual, guía, enciclopedia, crónica y diccionario del Tango
..