Nacido en 1956 en Polonia, crea figuras retoricas, principalmente metáforas visuales, imágenes de enorme potencia que se clavan en la memoria desde el mismo instante en el que la vista las registra.
Entre 1976 y 1981 estudió en la Academia de Bellas Artes de Varsovia. Comenzó a trabajar con muchas empresas de publicaciones, teatros, así como para Polfilm y Film Polski, distribuidoras de películas.
Walkuski continúa la tradición de los grandes artistas polacos de afiches, que no se limitan a diseñar el título de una película sino que lo enriquen con sus propias visiones. Desde 1987 ha publicado alrededor de 200 afiches. Su prolífica colección de trabajos incluye pinturas, afiches artísticos e ilustraciones. Vive y trabaja en Varsovia.
En Polonia, la década de los años ochenta se convirtió en un retorno a los géneros artísticos tradicionales: pintura, escultura, arquitectura y artesanía. Fue una reacción natural posmodernista a la disolución de las fronteras entre los géneros del periodo de vanguardia. Se produjo una vuelta a las raíces, inicios y fundamentos del arte y a la indagación sobre el sentido de la obra. Fue además, en la situación polaca, el retorno a la obra verdaderamente libre. Libre en el sentido de ambigüedad política. Dado ese estado de cosas, la vanguardia dejaba de ser atrayente como una propuesta formal, visión del lenguaje plástico o experimento que tenía en cuenta los medios nuevos. No obstante, se hizo atractiva como actitud, puesto que los jóvenes eran conscientes de las posibilidades que encerraba.
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