Cotidianamente recibimos de los comercios en los que compramos diferentes productos, una variedad de bolsas que sirven para contener lo que llevamos. Desde las bolsas muy desagradables y contaminantes de plástico de los supermercados, fruterías, etc., pasando por otras con la propaganda del negocio que suelen ser también de plástico, de dudosa belleza o, en el mejor de los casos y si el comercio es más elegante que lo standard, algunas de papel de buena calidad realizadas con una estética más elaborada que hasta podríamos calificar de “coquetas”. De todos modos, la visión de algo ingenioso, que despierte una sonrisa o sorprenda por la creatividad con que fue realizada, brilla por su ausencia.
Por eso, para graficar lo que estamos pensando, nos parece oportuno mostrarles algunos ejemplos muy interesantes.
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