Cabellos para recordar
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La joyería hecha con pelo humano se remonta a los siglos XVIII y XIX cuando se entregaba una joya como obsequio a la persona amada con las iniciales y unos cuantos cabellos que lo acompañaban como símbolo personal .
La Reina Victoria tenía varias joyas con cabellos bajo cristales e hizo que esas piezas fueran entregadas a sus nietos. Napoleón Bonaparte llevaba atesorado en su reloj un mechón de cabello de su esposa, la emperatriz María Luisa.
En épocas anteriores a la fotografía, el cabello tenía un valor sentimental especial, guardar un mechón como recuerdo de alguien amado era el modo de preservar una etapa ya pasada. En lugar de fotos, las niñas mantenían álbumes de recortes de pelo de sus compañeros de escuela.
Entre 1800 y principios de 1900, las famosas postales de San Valentín fueron enviadas con el pelo adjunto de la persona amada.
A menudo, la joyería se hizo como un recordatorio de la persona amada cuando la guerra o la muerte forzaban la separación.
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El “arte capilar”, como le llamaban en Francia, de donde parece ser originario, mostró varias facetas. La más elaborada y artística -como el bordado o la tapicería- reproducía paisajes o motivos de complicada composición, empleando el pelo, como único elemento de dibujo, tal como si fuese hilo o seda para bordar. Combinaban cabellos de distintos tonos, negros, rubios, blancos, para lograr matices de claroscuro. En los sombreados se empleaba pegamento, sobre el cual echaban polvo de cabello.
Otra industria se hacía a base de cabello hilado para labores de cordonería o de bordado ordinario. Se confeccionaban cadenas para reloj, pendientes, pulseras, etc..
A los joyeros les aportó un nuevo material, y lo aprovecharon para hacer sortijas, brazaletes, pendientes, relicarios y alfileres «guardapelo».
Las sortijas se elaboraban de dos maneras: una sencilla, con rebordes para encajar una trencillita de pelo que quedaba al exterior; y otras más elaboradas, formando el aro de la sortija como una cajita, que atesoraba un poco de cabello.
Los brazaletes mostraron formas variadas. En los mejores, el pelo se guardaba en cierto estuchecillo, que era dable recubrir de pedrería; y entonces se dibujaban con aquél iniciales o pequeños emblemas. Las pulseras más simples y comunes se hacían con simples hebras de cabello.
Para los relicarios de pelo, se optaba por los dibujos y estilos que solían tener las joyerías, para conservar y llevar objetos venerados.
Solían tener la aplicación de alfileres para sujetar los pañolones de las señoras.Los había con el cabello guardado en una cajilla o estüchecillo, que quedaba interior. Así eran también los medallones con cabello,que colgaban de sus leontinas ios caballeros.
Otros guardapelos, mostraban el cabello en la parte exterior, resguardado por un cristal. Se dibujada con él diminuto paisaje, al que se añadía una firma, también del mismo cabello: era el nombre de la persona a la que dicho pelo pertenecía.
Los modelos de estas y otras labores, solían presentarse en cuadernos litografiados, tamaño de cuarto mayor, que se divulgaron extraordinariamente. Quizás el primero que vio la luz pública, fue el editadoen París por Mr. Carné, en 1859, formado por diecisiete hojas y conteniendo 522 modelos de objetos grandes y chicos. Fueron en seguidaimitados en todas partes a donde se extendió la moda francesa.
En el siglo XIX era común que el famoso ‘honor’ de grandes personajes americanos se preservara a través de algún mechón de su cabello. Una de las reliquias históricas del Museo de la Oficina de Patentes de EEUU es éste relicario que contiene el pelo de los primeros catorce presidentes de los Estados Unidos, desde George Washington a Franklin Pierce, este último reconocido por ser el presidente con los peinados más extravagantes hasta la fecha.
Estas piezas de joyería son tan fascinantes hoy como cuando se hicieron, a fines de 1800. Un complejo entramado de trenzar y tejer del pelo humano se puso de moda a fines de la era victoriana.
Las cadenas de reloj eran usadas por los caballeros. |
Joya victoriana, brazalete de cabello combinado con oro amarillo de 14/15, cada pieza tubular muy bien tejida con distintos tonos de cabello, cada módulo tiene grabado el monograma del integrante del grupoque aportó su cabello. Este es probablemente un hermoso e inusual símbolo de amistad.
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En la actualidad el arte de hacer joyería de alta calidad con cabellos es solamente para unos pocos artistas que conservan los secretos
de una práctica extremadamente minuciosa que lleva más dos siglos.
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