CALZADO DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
DEL
CENTRO Y SUR DE AMERICA
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En la zonas central y sur de América, hubo dos clases de calzado muy difundidas y
generalizadas que han llegado a nuestros días: los alpargates –hoy llamadas alpargatas, espadrilles en Francia y España- y las ojotas.
La denominación “alpargate/a” parece provenir del árabe "albargat" o del hispano-árabe “pargat”. La mayoría de la población chibcha del Altiplano lucía los pies descalzos; sin embargo los caciques y gentes de mayor rango social calzaban la"hushuta" o suela de cuero fijada al calcañar por cordones también de cuero, los cuales pasaban por entre los dedos.
Las alpargatas que usaban los campesinos de Boyacá fueron introducidas por los españoles y en sus raigambres históricas parecen que son de origen árabe, con amplio uso en Valencia en la época medieval; también aparece con los nombres de cotiza, quimba y ojota. Las primeras mujeres españolas que llegaron al Altiplano utilizaron las alpargatas, inicialmente hechas de algodón y luego de fique; el campesino boyacense fué
muy lento en adoptar las alpargatas españolas; los indígenas y en general los campesinos
durante muchos siglos fueron descalzos como sus ascendientes chibchas. Las alpargatas de
las mujeres podían ser muy lujosas en las campesinas ricas.
Eran los llamados "alpargates"
una suela de hierbas trenzadas con capellada de tela gruesa o lona, es un producto de
los españoles, al establecerse en América, se adaptaron en muchos casos al uso de
alpargates. En los primeros tiempos, el calzado de cuero era difícil de obtener y costoso.
No tanto porque para fabricarlo no hubiera en un principio ganado suficiente en América,
pues el cuero de res se podía sustituir por cueros de animales americanos sino por la
escasez de oficiales zapateros.
La preferencia se justificaba sobradamente, dado que eran
cómodos para andar en los malos caminos de América, sobre todo si había piedras. Se podían
lavar y secar con suma facilidad. Su confección era fácil y rápida y la fibra para hacerlos se
encontraba a cada paso, pesaban poco y, de no ser necesarios se llevaban colgados a la cintura.
La mayor parte de los alpargates que se usaban en Panamá, provenían de Guayaquil y de Lima.
Asimismo se ha visto que el Ecuador era un proveedor importante para Tierra Firme.
Francisco
Pizarro acostumbraba jugar a la pelota calzado con ellos y era índice de bravura usarlos en el
ejército antes que zapatos.
Las monjas descalzas de San José, Lima, no usaban chapines, sino
alpargates de lana. En Perú enterraban a los muertos vestidos y calzados. Papel no menos
importante que en la conquista desempeñaron en las guerras de independencia y en las civiles.
En la batalla de Boyacá los oficiales patriotas las calzaban; los soldados iban descalzos .Otro
científico asegura, después de sus experiencias en Colombia en 1854, que si tuviera que
caminar con frecuencia, usaría alpargates y no zapatos. Los alpargates fueron artículo de
exportación en algunos períodos del siglo XIX. En el bienio 1854-1855 se llegaron a exportar
22.076 pares.
LAS OJOTAS
Pocas palabras indígenas se han conservado para designar el
calzado. La de mayor difusión es la quechua ussuta, que los españoles convirtieron en ojota,
especie de sandalia que se describirá después. Las llamaron Cactlis, en México. Distintos
testimonios arqueológicos como pinturas murales, dinteles, tallas pétreas de deidades o
guerreros, motivos en objetos cerámicos, diversos códices, descripciones de los
misioneros que llegaron con la conquista y hallazgos en diversas cuevas, evidencian que
el calzado mejicano existe desde la antigüedad.
El calzado, llamado cactli, cacle o huarache,
tenía significado social y denotaba el rango de su portador. Los españoles lo denominaban
sandalia o zapato de indio. Estaba confeccionado en ixtle o henequén, en cuero de jaguar, con
suela de cuero de venado "con varios dobleces a manera de alpargatas españolas". Otros,
llamados potzolcactli de piel de zorra, eran generalmente empleados por el que daba la fiesta
de los mercaderes. Otros estaban pintados, adornados con plumas, o con láminas de oro, como
era el caso de los cozehuatl, especie de polainas de piel o medias botas que eran prolongación o
parte de los cactli y cuyo uso era exclusivo de los mandatarios. Para la época del virreinato, el
artesano indígena continuaba manufacturando los cacles en gran número, incluso había regiones
que se singularizaron por esta actividad, aunque algunos ya vestían a la española.
Como se observa,
el cacle o huarache es un escaso vestigio de la antigua indumentaria prehispánica y su uso aún
perdura en todo el país entre indígenas, mestizos, gente de las grandes ciudades y extranjeros.
Esta sandalia o cacle corresponde a un pie izquierdo, está tejido con fibra natural de ixtle; podría
ser una variante de los conocidos como "pata de gallo" en los que hay dos cuartos laterales que se
insertan en la suela, una pieza que protege al talón (correa) que pasa por los cuartos, convirtiéndose
luego en dos tiras que pasan entre el empeine y el segundo dedo, quedando al descubierto el
empeine y los dedos del pie, lo que permite la circulación del aire.
Técnicamente, es la mezcla de
cuatro distintos tejidos complejos y la decoración la constituye el mismo diseño. Las ojotas que
usaban los peruanos tenían suela hecha de cuero crudo del pescuezo de las llamas, que se
consideraba como más resistente y se sujetaba a talones y empeine con cordones de lana del
grueso del dedo.
Con el nombre de gutara se designaban las sandalias de una sola suela de los
indígenas del norte de Méjico y en Nicaragua. A la sandalia de cuero se le llama cutarra en Panamá
y en Costa Rica, cutarra o cutara En el oriente peruano se le dice súcuy a una sandalia de cuero sin
tacón y en Bolivia, a las sandalias se les llama huiscus, aunque allí las mujeres andan descalzas.
Andar el pie al suelo era la norma entre los plebeyos de México, pero en Puerto Rico era costumbre
general. En la Nueva Granada, la diferencia social no se refería al vestido sino al calzado. Las tribus
calzadas usaron materiales vegetales y animales para este fin. Materiales vegetales: las sandalias
más elementales fueron, al parecer, las de tribus guayanesas de Manoa. Se hacían del pecíolo de la
palma aeta, con una cuerda que pasaba entre el dedo gordo y el siguiente; se fabricaban a la medida
del pie, y aunque se gastaban pronto por el suelo rocoso, era fácil reemplazarlas en pocos minutos.
En la misma Guayana empezaron a fabricarse, desde principios del siglo XVII, las botas y suelas, de
caucho con molde. Sandalias de cortezas de árboles a modo de chinelas, llevaban los indígenas de la
costa norte del Chocó en la época de las exploraciones de Pizarro y Almagro, “porque descalzos se
les quemaban los pies” Materiales de origen animal: En Mérida de Yucatán se hacían zapatos de
venados, los indígenas en Cartagena usaban cambarcas de cuero de venado.
Antes de la dominación
incaica en Caranque y provincias al norte de Quito, los naturales usaban zapatos, que después tuvieron obligatoriamente que cambiar por las ojotas. De cuero de pescuezo de llama eran las usutas u ojotas
de los andinos peruanos, antes y después de la conquista española. Cuando el viajero tenía que
chapotear en el agua, se las quitaba porque el cuero mojado se ponía como tripa.
Las sandalias
para las collas o Vírgenes del Sol del Perú, tenían capellada de lana blanca. Cuando el tirano Aguirre
llegó a la boca del Amazonas en 1561, halló indios desnudos, con sandalias de suela de cuero.
A
continuación veremos qué calzado usaban puntualmente las siguientes culturas:
OLMECA (5.000 a.C. -
800 d.C.)
Es la civilización amerindia documentada más antigua y ella derivan todas las demás culturas
precolombinas mesoamericanas. Habitaba la costa meridional del Golfo de México y los Estados de
Oaxaca y Guerrero, pero dejó rastros también en Guatemala y El Salvador. Los personajes
representados en algunas pequeñas estatuas encontradas cerca de Xochiapa, en México, poseen
casco una suerte de botas y algunos antropólogos opinan que tal confección sea típica de los
jugadores de pelota.
MAYA (2.000 a.C. - 1.546 d.C.)
La civilización maya fue la más avanzada,
conocían la escritura, habían elaborado un sistema numérico muy complejo, practicaban la
astronomía, eran constructores extraordinarios y tenían un calendario muy preciso. Poco de
su producción artística y literaria ha llegado a nosotros, pues los colonizadores destruyeron
mucho de sus obras. Vivían en Guatemala y el Yucatán y usaban sandalias con suela de cuero
sujeta a la pierna con cordón de cáñamo, decorándolas muchas veces con pieles, plumas y oro.
Se cree que hacían un zapato de goma de duración limitada sumergiendo sus pies en una mezcla
del caucho.
AZTECA (1000 d.C. - 1525 d.C.)
Era un pueblo guerrero procedente de las regiones del
sur occidental del actual EE.UU. que penetró a México expulsado por tribus más fuertes; se instalaron
sobre algunas islas del lago Texcoco, fundaron la capital, Tenochtitlan, hacia el 1325 d.C. y consiguieron
conquistar extensos territorios después de batallas seguidas del sacrificio ritual de los prisioneros.
Curtían el cuero mejor que los españoles y sabían teñirlos de distintos colores, aparentemente
mediante tintes vegetales como el añil o el quebracho, y tintes de origen animal como el color rojo
carmín que se obtiene de un insecto, la cochinilla. Para ellos los zapatos eran un símbolo de prestigio
social; los pobres iban habitualmente descalzos, pero los notables calzaban sandalias con la suela de
cuero o fibras vegetales, como la yuca, trenzadas. Los ricos y del rey tenían decoraciones de oro,
plumas y pieles coloreadas. Los guerreros empleaban el Cozehuatl, sandalias unidas a una especie
de caña alta que llegaba a proteger la rodilla; esto se justificaba debido a que los guerreros aztecas en
batalla no tenían por objeto fundamental matar al enemigo, sino herirlo, quebrándole las piernas y
capturarlo para después sacrificarlo a sus dioses. El calzado consistía en zapatos, sandalias y
huaraches. La mayor parte iban descalzos.
INCA (1200 d.C. -1532.d.C.)
Era una pequeña tribu que
habitaba en la zona de Cuzco, Perú y que en pocas generaciones consiguió conquistar el territorio
que se extendía de Colombia a Chile, a lo largo de la Cordillera de los Andes. Su decadencia empezó
en del 1532 cuando el español Francisco Pizarro y sus hombres desembarcaron en Tumbes en el
Perú septentrional y, en Caxamarca, consiguieron capturar al rey, el Inca Atahualpa, ajusticiándolo en
1533, no sin antes obtener de él un fuerte rescate en oro y piedras preciosas. No han trascendido
muchos datos acerca de sus costumbres sobre el curtido, tintura y fabricación de su calzado. Sí
sabemos que usaban principalmente sandalias u ojotas, habitualmente trenzadas en fibra de agave y
en cuero de llama y una especie de botas que cubrían la rodilla. Las mujeres que pertenecían a la
familia real empleaban también botas de oro.
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Chile
Perú
Colombia
Perú - siglo XVI - cabellos humanos trenzados
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FUENTES:
Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República de Colombia:
http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/america4/cap6.htm
Perdigón Castañeda, Judith Katia:Hallazgo de un ixcacle del Pañu… http://www.mexicodesconocido.com/espanol/historia/prehispanica/detalle.cfm?idca
t=1&idsec=1&idsub=10&idpag=2230