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El Dixit Dominus
es un salmo de con una construcción musical magistral para doble
coro. Se ha dicho que Vivaldi escribió en él, su Pasión
Según San Mateo. Produce gran asombro oír a su tenor introducirnos
en el corazón del drama con dos arias ligeramente arrebatadas,
que corta un recitativo recogido. Después de bastantes adornos
nos sumergimos de pronto en el centro del misterio divino. |
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Siguen 10 episodios:
1.- Dixit Dominus…. (<<El Señor dijo a mi Señor>>…)
¿Cómo afirmar mejor la Omnipotencia Divina? Los oboes
y las trompetas iluminan la orquesta.
2.- Donec ponam… ("Hasta lo que yo ponga…")
Su severidad produce una impresión extraordinaria. Se ve a Dios
dictando su ley con el índice extendido como en los tímpanos
esculpidos de los santuarios romanos. Movimiento inmutable de la orquesta.
El desarrollo es inmenso y desborda los límites propuestos por
el texto sagrado. Los oyentes que conozcan los Conciertos breves y canalizados
de Vivaldi, no le reconocerán.
3.- Virgam virtutis… ("El cetro del poder…")
Cambio de ambiente. Este allegro confiado a dos sopranos equivale a
un poco de luz después de las tinieblas
4.- Tecum principium… ("Contigo vendrá el Imperio…")
Ahora es la voz de la contralto la que se alza, cálida, dictada
por un sentimiento de eternidad. El oyente se deja llevar por la buenaventuranza,
" entre los esplendores de los santos".
5.- Juravit Dominus… "El Señor ha jurado…")
La severidad de un juramento. Un "fugato" sobre las palabras
"Tu eres sacerdote". La palabra "sacerdote" adquiere
en Vivaldi un peso particular. El carácter inexorable del orden
sacerdotal se expresa con un ritmo poderoso.
6.- Dominus at dextris… (" El Señor está a
vuestra derecha…")
El tenor y el bajo sostienen una pugna virtuosista con mucho entusiasmo.
7.- Judicabit in nationibus ("Juzgará a las naciones…")
Comparad esta visión del juicio final con tantas otras soluciones
musicales, muchas veces más ruidosas. Vivaldi rechaza el cataclismo.
Las trompetas bastan para abrir un espacio infinito y el coro pronuncia
el veredicto. Las masas, primero estupefactas, se dejan llevar luego
por el pánico ("Aplastará las cabezas…")
8.- De torrente… ("Beberá el agua del torrente")
Recobramos el aliento, acariciados por el dulce fluir de las aguas.
La contralto asume este fragmento a medias tintas.
9.- Gloria Patri… ("Gloria al padre…")
¿Que fanáticos de Bach podrían afirmar a sangre
fría que Vivaldi lo ignoraba todo de la partitura escalonada
del contrapunto? La densidad polifónica de este final es grande;
la pulsación sorda de la orquesta se suma al efecto monumental
("In saecula saeculorum").
Es decir: en este salmo de una gran elevación, el músico
Vivaldi toma como colaborador al sacerdote Vivaldi y el arquitecto viene
a completar las aspiraciones del poeta místico. Sólo a
ese predio se logran las obras maestras.
Sigamos soñando…
Fuente: VIVALDI, de Marc Meunier-Thouret.
Espasa-Calpe SA Madrid 1977
Pags.50 a 53.
* Ring: es un circuito en forma de anillo
que tiene 190 pies de ancho y forma arcos casi 3 millas alrededor de
la base de la ciudad de Viena.
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