TAOISMO Y ARTE
Breves comentarios
Este amor por lo simple y sin arrogancia proviene directamente de la percepción intuitiva de la naturaleza del Tao. Sin forma y vacío, el Tao es la fuente de innumerables formas. Sin esfuerzo, rebaja lo que sobra y completa lo que falta, realizando todo lo que se requiere sin premeditación, sin prisa ni tensiones. Es al mismo tiempo vacío y con forma, siendo un aspecto esencial al otro, como el hueco es esencial para una vasija y la abertura es necesaria para una puerta o una ventana.
Si las criaturas cantan las alabanzas de tal Madre (naturaleza) en forma de himnos y salmos, no hacen más que ruido. El Tao nunca es entrometido, exigente o vanidoso. Cantar sus glorias sería gastar inútilmente el aliento; lo que se requiere es observar su manera de proceder y tomarla como modelo. Vivir según el Tao, es desempeñarse como él, ajustarse a ese modo, maravillosamente sin esfuerzo, de hacerlo todo y de producir lo que es útil para los demás como el Tao produce lluvias y rocíos beneficiosos sin pensar nunca en alabanzas y agradecimientos, y mucho menos en recompensas.
El secreto de la sabiduría, que es también inmortalidad, es la aceptación; de ahí el precepto de Lao -tzú de volvernos como recién nacidos que aceptan las cosas tal como vienen, sin distinción. Entrometerse con su progreso natural es una manera segura de cortejar a la tristeza y el desastre; acompañar fácilmente las cosas tal como son es el camino hacia la tranquilidad y la sabiduría. ¿Por qué agraviarse por eso o aquello, por que hacer diferencias? Sin fealdad, no podría haber belleza; sin mal no habría bien; sin muerte no habría vida.
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